Capítulo 1229
Esther le apartó la mano a Adrián, quien frunció el ceño molesto, “Esther! ¿Acaso no entiendes que…?”
Adri, también vienes al baño?” Sofia salió del baño con una sonrisa en la cara.
Él se quedó callado a medio camino.
Sofia se acercó a Esther y tomó su brazo de manera casual, “¡Adri, ya conocí a la señorita Galán en el baño! No te preocupes, la llevaré con la abuela, si necesitas ir al baño, ¡ve!”
Adrián la miró indiferente, sin decir nada y entró al baño de hombres.
Una vez que el hombre entró al baño, Esther se libero de Sofía y arreglo su manga mientras caminaba hacia adelante…
Sofia la siguió, “Esther, parece que Adri todavia se preocupa por ti, ¿no?”
Ella se burló, “¿Ah si?”
Sofia dijo, “¡Por supuesto! Conozco a Adri desde hace más de veinte años, sé cuándo le interesa una chica. Así que deja de estar molesta con él, ¿vale?”
Esther la miró con duda, “¿Tú, como esposa legal de Adrián, estás tratando de reconciliarme con él?”
Sofia sonrió generosamente, “Si! Espero que te reconcilies con Adri, prometo que no me molestará.”
Ella volteó los ojos, “¡Estás loca!”
Se dirigió hacia la salida del restaurante, pero Sofia la agarró, “Esther, ¿a donde vas? ¡La abuela todavia te está esperando!”
Esther se soltó de un tirón, “Ya estoy llena, no voy a ir. Señorita Sofia, tú puedes despedirte de Marisol por mi.”
Sofia se adelantó a bloquearla, “¡No puedo dejarte ir! Si te dejo ir, Adri pensará que te dije algo ofensivo y te hice irte a propósito.”
Ella torció una sonrisa, “¿Crees que no lo has hecho?”
La mujer se encogió de hombros, “Solo compartí mis pensamientos contigo y aclaré que no me importa que te reconcilies con Adri a corto plazo, no dije nada que te hiciera pensar mal. Si te vas asi, me complicarás las cosas.”
Esther se quedó inexpresiva, “¡Eso es bastante asqueroso! Ustedes dos son la pareja perfecta. ¡Uno tiene esposa legal y todavía finge ser soltero, para engañar a las personas! ¡Y otra pretende ser generosa y deja que su esposo dañe a otras mujeres! ¡Uno es peor que el otro!”
Sofia se rio en lugar de enfadarse, “Señorita Galán, no hables así! Muchas chicas querrían ser heridas por Adri y no tienen la oportunidad. ¡Y tú. incluso tienes un hijo, creo que Adri ha sido muy bueno contigo!”
Esther sintió ganas de vomitar y se puso seria, “¡Hazte a un lado!”
La mujer permaneció firme, “¡No puedo! ¡Ya te dije que no puedo dejarte ir asi!”