Capítulo 1226
Capítulo 1226
La cara de Adrián estaba oscura, sus ojos destilaban ironía. “Señorita Galán, puedes no valorar tu vida, ¡pero no juegues con la del chiquillo que llevas en la barriga!”
Ella apartó su mano con desden. “Señor Gómez, ¿no crees que te estás pasando con la preocupación? ¡Nunca he oido que comer una zanahoria pueda dañar al bebe!”
Adrian retiró su mano, su mirada gélida parecía querer ver a través de ella…
No le gustaba esa mirada, se levantó y dijo. “Lo siento, no me siento muy bien, inecesito ir al baño!”
Sin esperar respuesta de nadie, se alejó de la mesa.
Mirando la figura de Esther alejándose, Josefina giró su cabeza hacia su tio
“Tio, ¿qué estabas haciendo? ¡Has enfadado a Esther!”
Adrián permaneció en silencio, con los ojos entrecerrados mirando la figura que se alejaba, sin pronunciar palabra.
Esther, debido a su embarazo, caminaba un poco lento. Antes de llegar al baño, se encontró con Verónica que venía con Marisol.
“Abuela mira, es Esther!” Verónica, agarrando del brazo a su abuela, exclamó emocionada.
Esther escuchó a alguien llamándola por su nombre, paró sus pasos y volteó su cabeza…
Al ver a Verónica y Marisol acercándose, se sorprendió un poco, luego mostró una sonrisa sencilla y cortés: “Abuela Marisol, hola.”
Hacia mucho tiempo que no se veían, los ojos de Marisol ya estaban un poco húmedos, se acercó a ella y tomó su mano, mirándola con preocupación “Esther, ¿dónde has estado estos últimos seis meses? ¡Pienso en ti todos los dias, esperando que estés bien!”
Esther respondió: “Estuve en un lugar hermoso, me fue muy bien.”
Marisol suspiró, “¿Qué lugar puede ser más hermoso que estar en casa? ¿No sería mejor cuidar de tu embarazo en casa? Mira, ya estás de ocho meses y tu cara no parece muy saludable. ¡Me duele pensar que podrías estar sufriendo sola allá afuera!”
Esther explicó un poco exasperada, “Abuela Marisol, no he sufrido, estoy bien sola.”
La anciana no pareció escuchar sus palabras, seguía sosteniendo su mano con pesar.
Ella no queria tener mucho contacto con la familia Gómez, pero no queria ser demasiado fría con Marisol, así que tuvo que tolerarlo por el momento. Al mismo tiempo, sintió una mirada hostil observándola.
Miró con cautela hacia esos ojos que la hacían sentir incómoda y vio a Sofia acercándose con una sonrisa brillante, extendiendo la mano hacia ella. “Hola, señorita Galán, siempre escucho hablar de ti. Es un placer conocerte… Bueno, deberíamos habernos encontrado ayer, ¿verdad?”
Sofia habia adivinado por la figura de Esther que ella era la misma persona que habia visto el dia anterior.
Esther sonrio ligeramente a Sofia, ya no había nada que ocultar. “Si, nos volvemos a encontrar.”
Solo respondió al saludo de Sofía, pero no le estrecho la mano.
La mano extendida de Sofia permaneció en el aire de manera incómoda por un momento antes de retractarse, pero la sonrisa en su rostro no se desvaneció, parecia completamente a gusto.
Esther había sido muy respetuosa con Marisol y le agradecía por el cuidado que habia tenido con ella en el pasado. Pero ahora, al ver a Sofia a su lado, ya no tenia ganas de lidiar con la gente de la familia Gómez.
Retiró su mano friamente, “Abuela Marisol, lamento tener que irme, necesito ir al baño. El Señor Gómez está alla adelante, puedes ir a buscarlo