Capítulo 854
“Ahora realmente entiendo que, por mucho que te quiera, solo es un sentimiento mio, no debería intentar ganar tu simpatía ocultando que ya me he curado…
Adri, ya me curé de mi infertilidad, ya no tienes que sentirte responsable por mil
A partir de hoy, trataré de olvidarte y deseo sinceramente que tú y Esther sean felices!”
Después de esta confesión y reflexión de Patricia, su infertilidad y mentiras, que cuidadosamente ocultó durante años, hoy ella las consideró un impulso
momentáneo.
Eso cambió completamente la situación, era dificil seguir culpando a una chica que estaba atrapada en el amor.
Adrián lucia seno, aunque nunca le gustó Patricia, sabía que ella mintió, cometió errores, pero aun asi no podía ser demasiado indiferente de alguien que alguna vez lo salvo.
Después de un silencio de dos segundos, dijo: “De todos modos, me alegra que te hayas recuperado, debes cuidarte en el futuro, no me siento culpable contigo“. Patncia levanta la cabeza, mirándolo con los ojos enrojecidos, y pregunta: “Adri, ya que me recuperé, ¿querrás seguir viéndome en el futuro? ¿Podemos seguir siendo amigos?
Adnan dice: “Srta. Ibarra, me salvaste la vida una vez, independientemente de tu estado de salud, siempre te agradeceré.
Si tienes algún problema en el futuro y necesitas ayuda, puedes contactar a mi secretario Pablo Hernández en cualquier momento, él me representará para ayudarte.
Como ahora tengo una familia, trato de evitar encontrarme con el sexo opuesto. En cuanto a si podemos ser amigos, considerando mi relación con la familia Ibarra, no creo que sea necesario“.
Sus palabras son muy claras y nada corteses.
Patricia asintió impotente, “Entiendo, Adri …”
Aunque parecía muy decepcionada en la superficie, en su corazón se sintió agradecida.
Por suerte, sus palabras recuperaron algo de terreno, evitando que su imagen se desmoronara demasiado!
Mientras Adri todavía la veia como la persona que le salvó la vida, su actitud actual no significaba todo, aún quedaba mucho camino por recorrer…
“¡Señor Perfecto, cómo puedes ser tan indiferente con la persona que te salvó la vida! ¡Vaya!”
Esther se acercó, luego sonrió disculpándose con Patricia: “Srta. Ibarra, una vez salvaste la vida de mi esposo, ¿cómo podría él dejar de verte solo porque te has recuperado?
¡Si él no quiere ser tu amigo, yo seré tu amiga!
No te preocupes, ¡yo lo supervisaré! ¡Haré que te valore como antes!”
Patricia miró a Esther con cautela, sintiendo que algo andaba mal.
Sin embargo, no pudo mostrarlo, solo podía cooperar y decir: “Esther, gracias por dejar atrás los desacuerdos del pasado y aún quieras ser mi amiga…”
Esther tomó con entusiasmo la mano de Patricia, “¡Ay! ¡Ambas somos mujeres, por supuesto que entiendo tus sentimientos! Te confundiste con el amor, cometiste un error por descuido, jes comprensible!”
Patricia fingió una sonrisa, mirando a Esther tomar con entusiasmo su mano, se sintió muy inquieta, ¡no sabía que planeaba hacerle Esther!