Capítulo 844
Adrián “..
Qué mente tan aguda tiene Esther!
Después de lo que ella dijo, si no aceptaba firmar ese acuerdo, parecería que tiene algo que ocultar.
No podía hacer nada en contra de ella.
Pero, Esther, debido a su dificil experiencia de vida, no se sentia segura en su matrimonio, por lo que era comprensible que pidiera un acuerdo asi.
Si eso la hacia sentirse más segura, jentonces no habia problema en firmar uno a su solicitud!
De todas formas, la posibilidad de que se separaran de nuevo, era absolutamente nula.
Por otro lado, después de un largo sueño, Brayan ya estaba despierto…
Al ver que su hijo estaba despierto, Leandro finalmente relajó su ceño fruncido, Cómo te sientes, Brayan?”
Al oir las palabras de su padre, Leonardo, que estaba sentado en un sofá no muy lejos, pensativo, volvió en sí y se levantó para acercarse a la cama
Brayan abrió los ojos, pero aún parecia un poco pálido y tenia una expresión de confusión.
Sólo se sentia mal, no sabia qué habia pasado, “Papa, Leo. ¿qué me pasó?”
Leandro dijo: “No es nada, comiste algo malo, te hospitalizarán por unos días y te recuperarás”
“Ah, Brayan, siempre ingenuo, no dudo en absoluto.
Leonardo miró a su padre profundamente, sin exponerlo
También entendia que su padre no decía esto para proteger a Adriana, sino para evitar que Brayan se entristeciera al conocer la verdad.
Si Brayan supiera que se puso asi por beber el jugo de granada hecho por su madre, y que ese jugo de granada fue adulterado por su madre para hacerle daño a alguien más, seria un golpe emocional para este niño inocente.
Es dificil aceptar que tu propia madre no era una buena persona, especialmente para los niños que no estaban emocionalmente maduros, eso podía
derrumbar sus creencias.
Por lo tanto, realmente no había necesidad de que Brayan conociera la verdad por ahora, primero dębia recuperarse
Brayan de repente recordó algo, y miró ansiosamente a su hermano al lado de la cama, como un niño que había hecho algo malo, y dijo debilmente: “Leo, no he terminado mi tarea, pide que me la traigan al hospital más tarde, la terminare…”
Leonardo frunció el ceño y, raramente lo hacia, pero su tono se suavizó un poco con este hermano que siempre le preocupaba, “Ya está, no tienes que pensar en tu tarea ahora, lo más importante es tu salud, puedes terminarla más tarde.”
Brayan suspiro aliviado. “Gracias, Leo…”
En ese momento, al escuchar a alguien llorar al lado, Brayan desvió su mirada de su padre y de Leonardo, y miró a su madre, Adriana, que estaba al otro lado
“Mamá, por qué lloras? ¡No he muerto!”
Adriana, limpiándose las lágrimas, y a causa del incidente con el jugo de granada, fue observada friamente por Leandro y Leonardo, ni siquiera se atrevia a acercarse a su hijo. No podía hacer nada más que quedarse de pie al lado de la cama mirándolo, lloró y dijo: “Brayan, gracias a Dios! ¡Finalmente despertaste! Estoy tan feliz de que estés bien, tan feliz…