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Capítulo 812
Patricia no se habia rendido, volvió a insistir: “Zeus, ¿podría entrar un momentito? Solo hablaré con Esther un rato y saldré, mi hermano no se enterará! Y si se entera, no dejaré que te culpe!”
Zeus seguia inmutable, “Señorita Ibarra, lamento mucho no poder desobedecer las órdenes de su hermano. Sería mejor que vaya a estar con sus hijos”
Zeus, para decirlo bonito, era un subordinado de mi hermano, y para decirlo feo, era un empleado de nuestra familia, ¿cómo se atrevió a detenerme?
Patricia no había logrado que Leonardo tomara acción contra Esther. Ya estaba de mal humor, y al ver la actitud de Zeus, no pudo contener su rabia, apretó los dientes con fuerza, dejó de fingir ser gentil, y miró a Zeus seriamente: “Hazte a un lado, voy a entrar!”
“¿Señorita Ibarra?” Zeus estaba asombrado. En su memoria, Patricia siempre habia sido dulce y comprensiva, nunca habla visto a esta Patricia, le costaba creerlo.
En ese momento, la puerta de la habitación se abrió desde adentro, Esther estaba en la entrada y dio un paso hacia afuera.
Al ver que la puerta estaba abierta, Patricia volvió a fostrar su sonrisa, Esther, viniste a abrirme la puerta? Zeus no me dejaba pasar para verte, ¿qué pesado”
Esther miro a Patricia sin ganas, no le hizo caso, miró a Zeus y lo llamó cortesmente “Zeus”
Zeus seguia frente a Patricia, giró un poco su cuerpo y preguntó: “Señorita Galán, ¿necesita algo?”
Esther bostezó, “Quiero beber agua”
Zeus respondió respetuosamente Enseguida le traen su agua”
Esther asintió, “Añade un trozo de limón fresco al agua.”
“Claro! Señorita Galán, alguien vendrá pronto a limpiar los cristales rotos en la habitación, tenga cuidado de no pisarlos.”
Esther asintió y volvió a la habitación, estaba tan cansada que cerró la puerta
Al ver que Esther cerraba la puerta, Patricia abrió los ojos frustrada y extendió la mano para pasar al lado de Zeus, “Esther…”
Al final, Zeus no lo permitió pasar, lo que interrumpió sus palabras fue el sonido nítido del cierre de la puerta.
Patricia apreto los puños fuertemente, ¡estaba de muy mal humor!
¡Esta era su casa y un empleado de la familia la mantenia fuera de la puerta, qué estaba pasando!
¿Esther no se contento con ocupar a Adri y ahora pretendia tener un lugar en la familia Ibarra? Eso era demasiado!
Zeus seguia de pie frente a la puerta, llamó al mayordomo Martin para que le trajera agua a la señorita Galán y limpiara los cristales rotos de la habitación.
Patricia vio a Esther descansando cómodamente en la habitación de Perla, “Zeus, déjame entrar para conversar con Esther, seguro que está aburrida. sola!”
Zeus sacudió la cabeza, “Señorita Ibarra, como vio, la señorita Galan no necesita que la acompañe ahora, dejemos que la visita descanse.”
Patricia frunció el ceño con disgusto, Zeus, ¿por que solo te preocupas por lo que necesita Esther y no escuchas lo que quiero?”
Zeus respondió: “El señor Ibarra dijo que la señorita Galán salvó la vida de Don Gustavo, por eso merece el mejor trato en nuestra casa.”
“¡Hmph! ¡Favoreces a los extraños! No sabes distinguir la importancia de las cosas, un dia haré que mi hermano te despida!”
Patricia estaba tan irritada que no pudo controlar sus emociones, miró a Zeus con un gesto amenazador, se dio media vuelta y se fue enojada.