Capítulo 793
Recién había fingido estar enferma para que su hija llamara a Leandro Ibarra. Su hija no la decepcionó, en efecto, llamó a Leandro Leandro llegó, pero en cuanto entró a la habitación le preguntó que le pasaba y si debían llamar a una ambulancia
En realidad, no se sentia mal, solo estaba fingiendo. Si llamaban a una ambulancia y no encontraban nada mal, seria un problema
Así que simplemente dijo que se sentia mareada, sin mencionar ninguna otra molestia.
Luego, su esposo Leandro tomó una silla y se sentó junto a la cama a leer un libro muy grueso. Estaba completamente absorto en su lectura.
A veces se preguntaba si su esposo estaba demasiado inmerso en su mundo espiritual Preferia leer en lugar de prestarle atención a ella Pero más tarde, no pudo seguir fingiendo. Le dijo que se sentia mejor y que saldria a tomar aire.
Leandro no dijo mucho al respecto.
¿En qué se diferenciaba este matrimonio de quedar viuda?
Sin embargo, la sensación de vacio en su interior y sus necesidades fisicas eran cosas que no podia expresar a su hija. Solo pudo sacudir la cabeza con resignación “No, tu papá está en la habitación leyendo un libro. ¿Que estás planeando hacer, Pati?”
Patricia Ibarra estaba bastante molesta en ese momento. Mamá, Max cada vez se porta peor. En cuanto entro, se pone a llorar y solo quiere estar con la niñera. ¡Estoy tan enfadada que quiero devolverlo al orfanato!”
La Sra Ibarra la consoló con un toque en el hombro “No es algo anormal, un niño adoptado dificilmente se sentirá cercano a ti. Déjalo estar, en tendras uno propio
futuro
Las palabras de su madre sorprendieron a Patricia, y rápidamente miró a su alrededor para asegurarse de que no habia nadie cerca Luego, rápidamente llevo a la Sra. Ibarra a una habitación de invitados y le habló en voz baja:
“Ma, habla más bajo Si la gente descubre que no tengo problemas de fertilidad. ¿cómo podré seguir planteándole esto a Adri?”
La Sra. Ibarra sonrió. “Lo sé, soy más precavida que tú. Estoy segura de que no hay nadie alrededor. Hoy, todos han sido convocados para atender a los distinguidos invitados en la cena. Por cierto, no tengo idea de qué tipo de invitados son tan importantes como para que tus abuelos les presten tanta atención
Patricia suspiro de alivio. “Escuché que es alguien que le salvó la vida a mi abuelo. También tendremos que acompañar en la cena esta noche”
La Sra. Ibarra no parecia impresionada. “No tengo idea de quien sera, ¿qué tipo de persona es tan importante que toda la familia tenga que acompañar? ¿Realmente vale la pena?”
Patricia no le prestó atención al invitado. “No importa quien sea, si los abuelos quieren que lo acompañemos, entonces vamos. Despues de todo, solo es una cena. Mama, el problema mas importante ahora es Adri y yo. No puedo comunicarme con Adri por teléfono. Cada vez que lo llamo, me transfieren automaticamente a su asistente. ¿Qué debería hacer ahora?”
La Sra. Ibarra fruncio el ceño. ¿Adrian Gomez no responde a tus llamadas? ¿Qué pasa? ¿No ha estado a tu disposición durante todos estos años?” Patricia, abrumada por las ocupaciones recientes con el niño adoptado, aún no había tenido tiempo de contarle a su madre sobre los acontecimientos de los últimos dias Aprovechando la oportunidad, compartió lo sucedido
Después de escucharla la Sra. Ibarra sonrio con astucia. “De nuevo por esa Esther Galán, ¿verdad? Increible cómo puede influir tanto en Adrian, parece que es una mujer muy astuta Pati, parece que subestimaste a esa mujer antes
Patricia estaba ansiosa “Mamá, entiendo que subestimé a Esther antes. Pero ahora no es el momento de analizar mis errores. Tienes que ayudarme a encontrar una solución! Si Adri sigue haciendo caso a Esther y ya no contesta mis llamadas ni me contacta en privado, ¿cómo puedo casarme con el y como podre ayudar a nuestra familia Ibarra?”
La Sra. Ibarra tranquilizo a su hija, poniendo sus manos sobre sus hombros. Pati, no te preocupes, déjame pensar…”
Patricia no podia calmarse en absoluto. Mama, tienes que pensar rápido! Esther está esperando el hijo de Adri, ¿qué pasa si realmente tiene al bebé? ¡Entonces no tendré ninguna oportunidad!”
