Capítulo 767
Entonces, soltó rápidamente unas cuantas lágrimas y dijo, “Leo, sé que me equivoqué. No cuidé bien de Max, pero por favor, no lo mandes lejos. Te prometo que aprenderé a ser una mejor madre y cuidaré mejor de Max.”
Leonardo miró a su hermana, que era un dolor de cabeza. Frotó suavemente su frente y dijo, “Está bien, quédate aquí y cuida al niño, voy a contestar una llamada.”
Después de terminar de hablar, Leonardo se dio la vuelta y salió con su teléfono móvil vibrando, antes de que pudiera dar un paso, Max lo agarró de la mano y le dijo débilmente: “Leo, no te vayas…“.
Max tenia miedo. Tenía miedo de que una vez que Leo se fuera, tendría que quedarse con su madre…..
Cuando estaban solos, su madre se volvia muy aterradora
Leonardo no sabia a que le tenia miedo el niño, solo tocó levemente la cara de Max y lo consoló en voz baja: “Oye, voy a salir a contestar el teléfono, deja que mamá te acompañe primero y yo Volvere para acompañarte más tarde
Los ojos de Max estaban aterrorizados, parecia que estaba a punto de llorar, “Leo, no te vayas, tengo miedo…
Viendo a Max tan inquieto, Leonardo comenzó a sospechar Miró a Patricia, que estaba parada a un lado.
¿Qué temia tanto Max?
¿A su madre?
Desde cuando Max empezó a resistirse a estar con Pati….
¿Pati habia perdido la paciencia con él y le había gritado?
Su teléfono seguia vibrando. Era una llamada de trabajo importante que tenia que atender.
Leonardo tranquilizó a Max con palabras suaves y salió a contestar la llamada.
La pequeña mano de Max todavia se extendia impotente hacia la espalda de Leonardo, pero no podia alcanzarlo…
Cuando la puerta de la habitación se cerró completamente y los pasos de Leonardo se alejaron,
Patricia dio un paso adelante, abofeteo al niño en la cama y dijo enojada: “Niño travieso! Qué estas haciendo con tu mano? ¿Quieres que los demás sepan que me tienes miedo?”
Max se asustó y lloró de inmediato, y solo pudo pedir perdón con palabras cortas, “Mamá, lo siento… me equivoqué.”
Patricia, aun furiosa, le dio otra bofetada, “¡Llorando otra vez! ¡Si lloras en voz alta, verás cómo te castigo cuando volvamos a casa!”
Max se sentia dolorido y asustado. Apretó los dientes, tratando de no llorar….
Unos minutos más tarde, Leonardo regresó después de la llamada y vio que el rostro de Max estaba rojo y morado, con rastros de lágrimas aún en sus Ojos
Frunció el ceño, “¿Qué pasó? Solo sali a contestar una llamada y su cara se puso tan roja”
Patricia, que estaba cuidando al niño al lado de la cama, dijo con impotencia: “Leo, te dije que Max no podia vivir sin ti. ¡Tan pronto como te fuiste, se enojo y su cara se puso roja de nuevo!”
Leonardo estaba preocupado, extendió la mano y tocó la mejilla del niño, estaba muy caliente.
Se sentó y dijo suavemente, “Max, estaré aqui con usted. El doctor vendra pronto, no tengas miedo.”
Max, que acababa de ser intimidado por Patricia, no se atrevia a llorar ni a hablar. Solo podia asentir débilmente.
Patricia aprovechó esta oportunidad para decir “Leo, voy a bajar a buscar unos parches de fiebre para Max. Mi bolso está abajo.”
Leonardo respondió, “Está bien, pero ve rápido y regresa rápido. No te demores”
“De acuerdo, lo tengo
Patricia aceptó las palabras de Leonardo y luego dejó la habitación con otras intenciones en mente. Bajo las escaleras.