Capítulo 672
Por un instante Patricia se quedó atónita y luego soltó rápidamente al niño
Se mantuvo serena, cubrió silenciosamente con la ropa el lugar enrojecido por su apretón en el cuerpo de Max y luego, como una madre cariñosa, lo tomó en sus brazos y lo consoló:
“No llores, no llores, mamá está aquí. Max, no llores, todo está bien ahora“.
Ante el cambio repentino de humor de su madre, el llanto de Max disminuyó un poco, pero su mente estaba aún llena de confusión…
Leonardo se acercó, sus ojos llenos de desconcierto, Pati, ¿qué pasa? ¿Por qué el niño está llorando tanto?”
Ella levantó la cabeza, su rostro mostraba una expresión de inocencia, Hermano, has vuelto! No es nada, Max acaba de caerse por accidente, yo estaba consolándolo”
Las cejas de Leonardo se relajaron, acarició suavemente la cabeza de Max, “Los chicos deben ser fuertes, no pueden llorar por un pequeño contratiempo”
Max, con la cara manchada de lágrimas, miró a Leonardo, pero su habilidad para hablar aún no era suficiente para expresar lo que había pasado. Solo sintió injusticia y puchereo
De repente, su madre le pellizcó suavemente de nuevo y Max la miró con miedo..
Notando la advertencia en los ojos de su madre, no se atrevió a llorar ni a reaccionar.
Temia a su madre, pero también la amaba mucho.
Aún recordaba cuando su madre fue a buscarlo al orfanato. En ese momento, pensó que su madre era muy hermosa y siempre le llevaba muchas cosas ricas para comer, le ponia ropa limpia y jugaba con él con dulzura….
Desde que tenia memoria, habia vivido en el orfanato con otros niños, sin haber experimentado nunca ese amoroso cuidado.
Pero después de que ella lo adoptó, su madre se volvió un poco impredecible en su estado de ánimo. A veces no sabia que había hecho para molestarla, causando que lo pellizcara, golpeara o regañara…
Realmente no lo hacia a propósito, le gustaba ver la sonrisa dulce de su madre hacia el!
Max volvió en si, frunció el ceño con inseguridad e intentó complacer diciendo: “Mama… No te enfades… Max se equivocó… Max se equivoco…
Solo entonces Patricia le sonrió dulcemente, “Si, buen chico Max. Mamá no está enfadada, tonto, ¿como iba a estar enfadada contigo?”
Al escuchar que su madre no estaba enfadada, finalmente se tranquilizó un poco…..
Patricia continuó “Max. ve a buscar a la persona que te cuida, tengo algunas cosas que discutir con Leo, ire a buscarte en un rato.”
El niño entendió, asintió obedientemente y luego salió a buscar a la niñera con sus patitas torpes.
Después de ver a Max salir, Patricia se puso de pie y miró a su hermano con cierta melancolia:
“Leo, lo siento, hoy me pediste que fuera al hospital para acompañar a Esther en su cirugía y no pude encargarme de eso…”
La expresión de Leonardo era muy seria, “Zeus ya me contó lo que pasó hoy, no es tu culpa, Esther es demasiado astuta”
Patricia suspiro con desamparo, “La hermana de Adri, Verónica, me llamó hace un rato, dijo que Esther se había ido con Adri a la Mansión Gómez, de nuevo el no me quiere.
Su voz se quebró gradualmente, pareciendo muy desdichada y triste.
Leonardo frunció el ceño, acarició suavemente su hombro y la consoló con voz suave: “Patricia, no te preocupes, te prometo que conseguire lo que quieras, incluso si se trata de personas, y no permitiré que nadie te las quite.”
“¡Leo” Patricia se apoyo en su hermano.
Él abrazó a Patricia sintiéndose muy triste. Penso que su hermana, a una edad tan temprana, había sido lastimada por un hombre hasta el punto de perder su capacidad de tener hijos y luego ese mismo hombre la abandonó fácilmente. Ella estaba muy dolida y era muy lamentable.
Como su hermano, ¿cómo podría él quedarse mirando mientras ella estaba tan triste?
En ese momento, en la Mansión Gómez.
Verónica estaba espiando fuera de la puerta de la habitación…
¿Qué demonios estaban haciendo su hermano y Esther adentro? ¿Por qué no podia oir ni un solo ruido?