Capítulo 671
Max, el chico que insistió en adoptar fuera del país.
Últimamente, no había tenido ánimos para cuidarlo, así que lo había dejado con la niñera.
La verdad era que había perdido todo interés en cuidar al niño.
Antes, Max tenia un tipo de valor para ella, era una excusa para mantener a Adri cerca, para que se quedara con ella un rato más.
Pero las cosas habian cambiado. Adri ya sabia que el niño que Esther llevaba era suyo, por lo que claramente ya no le importaba ese niño con el que no tenia relación sanguínea
Entonces, el niño ya no tenia ningún valor para ella
Patricia nunca lo quiso Aparte de usarlo, no tenia ningún sentimiento hacía él.
Había sido amable con el niño anteriormente solo para impresionar a Adri, para hacerle pensar que era una buena madre.
Cuando nadie estaba cerca, ni siquiera se molestaba en fingir.
En ese momento estaba de mal humor. Al ver a ese niño que ya no podía usar, se enfadó aún más.
Max corrió hacia ella buscando un abrazo, pero Patricia no era amable en absoluto, empujó a Max, que apenas podia caminar, con impaciencia.
“Alejatel Apartate de mil Todo lo que haces es comer y llorar todo el día, jeres tan molesto!”
Max cayó al suelo, miró a su madre atónito y luego empezó a llorar.
El llanto de los niños era muy molesto para Patricia, asi que se enfadó con Max.
“Llorar, llorar! Eso es todo lo que sabes hacer! ¡Pago a alguien para que te cuide, ¿por qué tienes de qué llorar? ¡Si no te hubiera traido aquí, probablemente todavia estarias en ese orfanato sin un centavo! ¿Podrías comer la comida que comes ahora?
Deberias estar agradecido conmigo, no solo llorando todo el dia!
¡Basta Deja de llorar, si sigues llorando te daré una paliza! ¿Vas a seguir llorando?”
Patricia reprendió a Max mientras se desahogaba apretándolo
Sin embargo, el niño no sabia qué habia hecho mal. Solo sentia dolor, asi que lloró aún más.
Viendo que Max lloraba cada vez más, ella lo apretaba cada vez más duro.
En realidad, esa no era la primera vez que Patricia le hacia eso a Max. Cada vez que estaba de mal humor, desahogaba su frustración con él, incluso llego a pincharlo con una aguja.
Por supuesto, solo hacia eso cuando no había nadie cerca.
Max, que carecia de madurez, aún no entendia las reglas del mundo. Pensaba que todo lo que su madre le hacia era lo que se suponía que debía hacer, asi que seguia llorando y dependiendo de ella, llamándola mamá.
“¿Por qué esta llorando el niño? ¿Qué pasó?” Al escuchar el fuerte llanto, Leonardo entró empujando la puerta.
Sin embargo, en ese momento, la mano de Patricia aun apretaba con fuerza el cuerpo del niño.