Capítulo 471
Leonardo mordisqueaba su comida, gruñendo en voz baja, pareciendo responder a sus palabras, pero también como si no estuviera
escuchando. Aunque su actitud era cortés, se sentia distante y frío.
Mientras comía, Leonardo recibió una llamada y se levantó para irse
Al ver que Leonardo se iba, Jacinta se preocupó un poco. ¿Se había ido después de solo unas bocanadas de comida? ¿No le gustaba la comida que había preparado?
Patricia notó la inquietud de Jacinta y la tranquilizó: “Jacinta, mi hermano es asi, a menudo se olvida de comer por el trabajo. No te preocupes demasiado.”
Jacinta asintió, sintiéndose un poco más tranquila.
Patricia cambió de tema: “Por cierto, Jacinta, la fiesta de cumpleaños es mañana. ¿Ya tienes tu vestido listo?”
Jacinta se quedó atónita, se habia olvidado por completo. “Patricia, ¿no es necesario llevar a una pareja a la fiesta de cumpleaños? ¿Leo tiene ya una pareja para este año?”
Patricia comprendió a qué se referia Jacinta. “No te preocupes, todos los años tú eres la pareja de mi hermano, y este año no será la excepción.”
Jacinta sonrió. “Gracias por entenderme, Patricia.”
Patricia: “Pero acabas de salir de la cárcel, ¿verdad? Posiblemente no hayas comprado un vestido nuevo. ¿Quieres que te acompañe a comprar un vestido bonito para que mi hermano te vea con buenos ojos mañana?”
Jacinta: “Por supuesto! Pero, ¿no seria incómodo ir de compras con el niño?”
Patricia se dio cuenta, miró al niño en sus brazos, que estaba bostezando y luchando por mantener los ojos abiertos…
Un rato después.
Esther estaba ocupada traduciendo los documentos en sus manos, Patricia y Jacinta salieron juntas de la oficina del presidente
Patricia se acercó al escritorio de Esther y pidió educadamente: “Esther, Jacinta y yo tenemos que salir un rato, ¿puedes cuidar al niño por un
momento?”
“¿Yo?” Esther levantó la cabeza, mirando a Patricia con una mirada de incomprensión, rechazándola seriamente: “Lo siento, cuidar a los niños no
es mi trabajo.”
Patricia volvió a pedirle: “Solo será un rato. No he visto a Jacinta en mucho tiempo, solo queremos dar una vuelta por el centro comercial de abajo, tengo que comprar algunas cosas para el niño.”
Esther respondió, “Señorita Ibarra, puedes llevar al niño contigo a pasear, o dejar que tu hermano cuide al niño, no seria eso mejor?”
Patricia parecia muy preocupada. “Pero el niño ya está durmiendo y mi hermano no está en casa… ¡Y mi hermano no sabe como cuidar a los niños!”
Esther seguía trabajando, sin cambiar su actitud ante la amable petición de Patricia, sonrió levemente. “Yo tampoco sé cuidar a los niños, y además tengo trabajo que hacer, no tengo tiempo extra. Lo siento mucho, no puedo ayudarte.”
“Bueno, déjalo asi.” Patricia bajo la cabeza con pesar, suspiró con resignación y se volvió hacia Jacinta. “Jacinta, parece que no podré acompañarte a comprar el vestido de noche, deberias pedirles a otros amigos que te acompañen.”
“¿Qué quieres decir con ‘déjalo asi?” Jacinta no pudo aceptar la actitud indiferente de Esther. “Patricia, Esther es ahora una empleada de su compañía, ¿qué derecho tiene a rechazar tus instrucciones?”