Capítulo 462
Leonardo acababa de firmar un contrato con gusto en la sala de conferencias con el jefe árabe, ambos se levantaron y se dieron la mano amigablemente para despedirse
Antes de irse, el jefe árabe le dijo un par de cosas a Leonardo.
Leonardo, que no entendia árabe, ladeó la cabeza ligeramente y preguntó a Esther, la traductora que estaba al lado, “¿Qué dice?”
Esther, con una sonrisa profesional en su rostro, respondió: “Sr. Ibarra, esta colaboración ha sido la más gratificante para el jefe, espera que podamos mantener una buena relación con Ibarra CO. durante los próximos diez años. Les encanta colaborar con una empresa como Ibarra CO., que es sincera, responsable y no tan rigida como otras empresas.”
Esto sorprendió un poco a Leonardo. El grupo árabe, que normalmente se caracterizan por su arrogancia y que son dificiles de complacer, rara vez mostraba tal actitud amigable.
¿Todo esto era debido a que el excelente nivel de traducción de Esther habia satisfecho al cliente?
Leonardo reflexionó un momento, luego sonrió elegantemente y asintió al cliente. Mientras tanto, dijo a Esther: “Dile que también esperamos que los próximos diez años sigan siendo fructiferos.”
Esther transmitió el mensaje en arabe según lo que Leonardo queria, añadiendo un toque de humor.
El jefe se rio a carcajadas. Abrió los brazos y abrazó a Leonardo y a Esther, luego saludó con la mano y se fue con todo su personal de una manera muy alegre.
Leonardo estaba muy satisfecho con este resultado. Miró a Esther con una expresión de admiración en sus ojos y le dijo, “Srta. Galán, ve a despedir al cliente.”
La orden de Leonardo hizo que Esther se quedara un poco perpleja, luego entendió y sonrió, “Si, Sr. Ibarra”
Su entrada a Ibarra CO. estaba finalmente resuelta!
Después de despedir al cliente en la planta baja de Ibarra CO., cuando Esther regresó al edificio, Leonardo ya no estaba en la empresa.
Zeus la llevó a la entrada de la oficina del presidente, “Este será tu lugar a partir de ahora, si el Sr. Ibarra necesita algo, te llamará por la extensión telefonica. Si el Sr. Ibarra no te llama, no puedes entrar en su oficina, ¿entendido?”
Esther asintió, “Entendido.”
Después de la negociación con los árabes, Zeus había mejorado su impresión de Esther y reconocía su capacidad para trabajar.
Pero eso no significaba que le gustara Esther como persona.
Recordaba como Esther había sido irrespetuosa con el Sr. Ibarra antes, y cómo había intimidado a la Srta. Ibarra.
Despues de darle a Esther algunas instrucciones sobre lo que necesitaba tener en cuenta en el trabajo, Zeus se dio la vuelta para irse y ocuparse de sus propios asuntos
“Zeus!”
Esther lo llamó
Zeus se detuvo, con su rostro serio de siempre, “¿Qué más necesitas?”
Esther le hizo señas para que se acercara un poco, lo que tenía que decir no era conveniente hablar en voz alta.
Zeus frunció el ceño, pensando que Esther, que acababa de entrar en la empresa, era realmente problemática.
Pero aun así se acercó un poco más, “Dime rápido, ¡qué necesitas!”
Con una expresión seria, Esther pregunto: “Queria preguntarte. ¿Adrián viene aquí a menudo a buscar al Sr. Ibarra?”
Al oir esta pregunta, un destello de alerta cruzó los ojos de Zeus. ¿Por qué preguntaba si el Sr. Gómez vendria a menudo aquí? ¿Acaso estaba interesada en el hombre de la Srta Ibarra?
“El Sr. Gómez casi nunca viene aqui, ayer fue una excepción. ¿Por qué preguntas?”