Capítulo 237
Los señores se montaron en sus caballos para ir a averiguar qué estaba pasando…
Jacinta estaba sentada en el césped, con las piernas llenas de rasguños sangrientos, visibles por sus pantalones cortos.
No pasó mucho tiempo antes de que ellos llegaran en sus caballos.
Brayan fue el primero en bajar del caballo, se acercó y preguntó con preocupación: “Jacinta, ¿qué sucedió?”
Jacinta, con lágrimas en los ojos y una expresión de dolor, dijo: “Brayan… me cai mientras volaba una cometa, creo que me torci el pie, me duele mucho…”
Brayan se agachó para ayudarla y miró los rasguños en sus piernas, frunciendo el ceño dijo: “Jacinta, tienes que tener más cuidado!”
Mientras tanto, Josefina, que estaba un poco lejos, miró a Jacinta y dijo con descontento:
“Esther, tenias razón, ella está haciendo un escándalo de nuevo. Se cayó y no puede levantarse, y está gritando por ayuda. ¿A quién está tratando de engañar? ¡Solo ese bobo de Brayan le creeria!”
Esther recogió su cometa tranquilamente, “Vamos, también debemos ir a ver
Gerald, el organizador de la reunión, también bajó de su caballo. Se acercó lentamente y preguntó: “Jacinta, ¿cómo estás? ¿Puedes ponerte de pie?”
Jacinta negó con la cabeza, las lágrimas comenzaron a fluir, “Gerald, soy tan torpe, ni siquiera puedo volar una cometa…
Gerald frunció el ceño, “¿Cómo es que estabas volando una cometa sola?”
Brayan frunció el ceño y dijo: “Si, Jacinta, ¿por qué estabas volando una cometa sola? ¿Por qué no pediste ayuda?”
Jacinta bajó la cabeza y suspiró sin poder hacer nada, “Fui a buscar a Esther y Josefina para que me ayudaran, pero me ignoraron…. Probablemente fue porque ofendi a Esther ayer, y ella no dejó que Josefina me hablara…
¡Ay! ando las vi a ella y a Josefina volando una cometa juntas, me senti tan celosa. Si Patricia estuviera aqui hoy, también tendría a alguien para volar la cometa conmigo.”
Al escuchar esto, parecia como si ella hubiera sido intencionalmente aislada.
Brayan mostró una mirada de arrepentimiento al escuchar el nombre de su hermana Patricia. Originalmente, tenia algunas dudas acerca de Jacinta debido a su actitud hacia Esther el dia anterior, pero ahora solo le quedaba simpatia.
Jacinta era la mejor amiga de su hermana. Si su hermana supiera que ella estaba herida, definitivamente estaría preocupada.
En ese momento, Josefina se acercó. Había escuchado lo que Jacinta acababa de decir y refutó enojada:
“Las cosas no son como ella las cuenta! Esther acaba de decir que la ayudaria a volar la cometa, pero Jacinta no apreciaba su ayuda y se enojó con
Esther!”
Jacinta, con los ojos hinchados, miró a Josefina con tristeza y lloró mientras se defendia:
“Josefina, entiendo que eres una niña pura y buena, y entiendo que quieres proteger a tu Esther, pero no puedes difamarme por eso. Ambas me ignoraron, ¿cómo podria haber venido aqui a volar una cometa sola y lastimarme si no fuera asi?”
Josefina estaba perdiendo la paciencia con su distorsión de la verdad, “Humph Jacinta, no es la primera vez que juegas a la victima! No hay nada raro en este mundo, conocer a una mujer tan descarada como tú, realmente me ha abierto los ojos!”
Jacinta, apoyándose en el hombro de Brayan, comenzó a llorar a lágrima viva.
Josefina la miró llorar, pensó que era ridicula. Se giró hacia Adrián, que todavia estaba montado en su caballo, y le dijo:
“Adrián, no puedes creerle a esta mujer. Ella siempre está buscando problemas, tratando de difamar a Esther!”
Adrián bajo la vista para ver a Josefina, y luego levantó la mirada para echar un vistazo a Esther que estaba no muy lejos. Al final, frunció el ceño cuando miró a Jacinta y le dijo a Brayan: “Ayúdala a levantarse primero, ¿si?”