Capítulo 204
Adrián no se quedó, soltó directamente: “Ella no necesita justificarse ante ti“.
Jacinta preguntó incrédula “Adri, ¿cómo has cambiado tanto? ¡No eras asi antes! ¿En tan poco tiempo, una mujer te ha confundido?”
Adrián no respondió, continuò caminando con Esther.
Pero Esther de repente se soltó de su mano, se volteó y dijo: “Si puedo demostrar que el pendiente no es mio, ¿cómo planeas disculparte conmigo?” Jacinta la miró sorprendida, luego respondió con desden: “Si puedes demostrar que el pendiente no es tuyo, te pediré disculpas“.
Esther levantó una ceja, Pedir disculpas no es suficiente, si logro demostrar que el pendiente no es mío, tendrás que cubrir todos mis gastos de hoy. No puedes salir impune por acusar a alguien falsamente!”
¿Esther, esta chica del campo, pensaria que pagar la cuenta es el castigo más severo?
Esther no sabe que, para una muchacha adinerada como Jacinta, gastar algo de dinero no es nada.
Además, Jacinta no cree en absoluto que Esther pueda demostrar nada.
Porque es dificil para una persona demostrar que no ha hecho algo, y mucho menos cuando no hay cámaras, ¿qué prueba puede presentar Esther?
Jacinta estuvo de acuerdo con confianza, “De acuerdo, jacepto tu desafio!”
Adrián se volvió lentamente, miró a Esther con indiferencia, pero tenía mucha curiosidad, quería ver qué haría.
Gerald y los demás también se detuvieron para ver…
Esther se acercó a Jacinta, extendió una mano, ¿Dónde está el pendiente que te pinchó? ¡Déjame verlo!”
Jacinta dudó un poco, pero finalmente el médico del establo le dio el pendiente a Esther.
Esther lo tomó y luego, frente a todos, se puso el pendiente en su oreja…
Jacinta la miró confundida, luego rio. “El pendiente se ve muy bien, te queda muy bien“.
No está alabando a Esther sinceramente, solo está insinuando a todos que el pendiente le queda bien a Esther, jentonces debe ser de Esther
Pero Esther recordó: “Ves? ¿Mi oreja está hinchada?”
Jacinta dudó, miró de nuevo, jla oreja de Esther realmente estaba hinchada!
Esther solo había tenido el pendiente puesto durante unos segundos, y toda la oreja comenzó a hincharse, se puso roja, incluso el lóbulo de la oreja se volvió morado, se veia muy grave….
¿Qué está pasando?
Esther finalmente no pudo soportar el dolor en su oreja, se quitó el pendiente, y la mano que había tocado el pendiente también tenia un sarpullido rojo que comenzaba a volverse morado…
“Desde que era pequeña, he sido alérgica a los productos de plata. Si los toco, me salen ronchas rojas y moradas. Y la aguja de estos pendientes suele ser de plata pura, por lo que es imposible que sean mios“.
Mientras hablaba, Esther devolvió el pendiente al médico del establo, luego se limpió la palma de la mano, que
Jacinta no esperaba esta situación en absoluto, su expresión se congeló, “Esto…“
Esther continuó: “Ahora, ¿puedes disculparte conmigo?”
ya
estaba roja e hinchada por la alergia.
A estas alturas, la expresión de Jacinta era muy incómoda, no sabia qué decir, si no se disculpaba, parecería muy injusto de su parte…