Capítulo 203
El corazón de Esther empezó a latir rápidamente, parpadeo y miró a Adrián…
¿El le creia?
Jacinta frunció el ceño, algo confundida, “… Adri, ¿acaso no habías dicho hace un rato que me creías? ¿Por qué ahora estás diciendo eso?”
La expresión de Adrián no cambió en lo absoluto, “Yo creo que tú no la acusarias sin razón, asi que dime cuál es la razón por la que estás difamando a mi esposa.”
¡Así que eso es lo que quería decir con lo que dijo antes!
Además, difamar es como si ya hubiera dictado sentencia sobre ella!
Jacinta comenzó a sentir pánico, “Adri, nos conocemos desde hace tantos años, ¿acaso no conoces cómo soy? ¿Cómo puedes dudar de mi?” Adrián se mantuvo firme, “El tiempo no es siempre el mejor juez. Aunque mi esposa y yo no llevamos mucho tiempo en conocernos, confiamos plenamente el uno en el otro y no vamos a dudar por lo que alguien más diga
Jacinta se quedó atónita, con los ojos enrojecidos, “Adri! No puedes verme asi, jsomos amigos desde hace muchos años…!”
Adrián se impacientó, “Si no puedes decir por qué, entonces deja de difamar a mi esposa, de lo contrario, no me importará demandarte.”
Después de pronunciar la última frase, Adrián giro con su habitual tranquilidad y le preguntó a Esther en voz baja, “¿Tienes hambre?”
Esther se quedó atónita por un momento, luego asintió. “Si, un poco”
“Entonces vamos, salgamos a desayunar
Delante de todos, Adrián naturalmente tomó su mano y la condujo hacia la salida del vestuario…
Josefina les siguió, riendo: “Adri, casi me matas del susto! No te explicaste bien, pensé que no confiabas en Esther!”
Adrián le lanzó una mirada fria, “¿Acaso parezco irresponsable?”
Josefina se rio, “¡No, no! ¡Fue un malentendido de mi parte! ¡Ustedes dos están tan unidos, cómo podrian desconfiar el uno del otro por algo tan pequeño!”
Esther estaba desconcertada…
Adrián se fue con Esther, Gerald y los demás también se preparaban para irse. Solo estaban mirando, no querían involucrarse en esto.
Sin embargo, viendo cómo Adrián se alejaba con Esther, los ojos de Jacinta se pusieron rojos de furia. Estaba muy enojada!
¿Por la recién llegada Esther, Adrián estaba incluso dispuesto a demandarla?
Jacinta mordió su labio con resentimiento, pensó por un momento y luego grito “Espera! ¡Adri!”
Adrián se detuvo y ladeó la cabeza ligeramente, “¿Algo más?”
Jacinta tenia una expresión de agravio en su rostro y dijo: “Adri, si te vas así con Esther, harás que todos piensen que realmente estoy tratando de difamarla
“¿Y como quieres solucionar este problema?”
“Dado que confias tanto en Esther y ella niega rotundamente haber hecho algo malo, entonces, déjala demostrar que este pendiente que me lastimo no es suyo.”