Capítulo 1089
De hecho, ya había tenido la experiencia de un contacto a solas con Gerald Bernabéu y Johan Fierro, pero no sentia la misma sensación de distanciamiento con respecto a Adrián.
“¿Por qué? ¿No es el Sr. Cevedo un viejo amigo del Sr. Gómez? ¿No deberia mantener una buena relación con el Sr. Cevedo?”
Pablo respondió con una expresión complicada: “El Sr. Cevedo es un viejo amigo del Sr. Gómez, pero no es un muy buen amigo.
De hecho, el Sr. Cevedo está más cerca del Sr. Ibarra, y Gerald y Johan son los buenos amigos del Sr. Gómez.
Gerald y Johan nunca harian nada que perjudicara al Sr. Gómez, tampoco actuarian de manera inapropiada con usted.
Pero el Sr. Cevedo es diferente, él compite con el Sr. Gomez en los negocios, y su actitud hacia usted no es pura, no se retractará.”
Esther soltó una risita, “Ya veo, las amistades entre hombres también tienen sus cercanias y distancias, también pueden competir!
Pero Pablo, no te preocupes, el Sr. Cevedo no me interesa y aunque quiera hacer algo no le daré oportunidad.”
Al escuchar la respuesta tan determinada de Esther, Pablo se tranquilizó un poco y dijo: “Eso es bueno. Sra. Galán, el Sr. Gómez también dijo que
le llamaras.”
Los ojos de Esther se detuvieron un momento, “De acuerdo, le llamaré más tarde. Tú también deberias descansar, yo cerraré la puerta, no necesitas quedarte afuera.”
“De acuerdo!” Pablo asintió, él también estaba cansado, no podia seguir despierto todo el tiempo, de lo contrario, cuando la Sra. Galán necesitara su ayuda, es posible que no tuviera suficiente energia, lo cual seria peor.
Ahora que la Sra. Galán estaba llena, ya no comería la comida que le envia la familia Ibarra, y la Sra. Ibarra no se atrevía a hacerle nada descaradamente a la Sra. Galán, la situación era segura por el momento.
Pablo se fue a descansar, y Pedro tampoco volvió a molestar a Esther, fue a descansar a la habitación que los empleados de la familia Ibarra habían preparado para él, y no volvió a salir.
Después de ducharse, Esther salió del baño con el cabello mojado, se tumbó perezosamente en la cama grande de la habitación de huéspedes de la familia Ibarra, tomó su móvil y dudó un momento antes de marcar el número de ese hombre.
Hola?”
El teléfono sono un rato antes de que lo contestaran, la voz del hombre era tan profunda y magnética como siempre, con un ligero tono de cansancio, como si acabara de despertar
Habia una diferencia horaria entre los dos países, por lo que no era de extrañar que estuviera durmiendo a esa hora.
Esther dijo con calma: “Pablo me dijo que te llamara.”
La voz del hombre sonaba un poco molesta, “¿Solo llamas cuando te lo piden? ¿No puedes llamarme por tu cuenta?”
Ella queria responderle, ese hombre todavia la culpaba, ¿por qué no tomó la iniciativa de llamar durante tantos dias?
“¿Querías que te llamara por algo?“, en vez de responder a sus palabras, Esther preguntó indiferente
Hubo un breve silencio antes de que el hombre respondiera, “Escucha…”
Antes de terminar de hablar, fue interrumpido por una voz de mujer al lado del teléfono:
“Adri, ¿qué estás haciendo? ¡Apúrate! ¡Vamos a salir!”