Capítulo 166
Rubén se giro para mirar a Leila, pensando que ella debía tener algo importante que decirle, dada la manera en que le sostenía la mano. Sin embargo, antes de que Leila pudiera abrir la boca, un ruido extraño surgió de su estómago.
Si no escuchó mal, eso era…
“Lo siento, no comí nada en la fiesta… Y además, no había comido bien al mediodia porque Rubén apareció de repente en la cafeteria, asi que…
Era normal que tuviera hambre ahora.
Al ver la expresión inocente de Leila, Rubén se sintió un poco desesperado.
Rubén se levantó y se dirigió a la villa, esta vez sin ofrecerle la mano a Leila. Leila olvidó lo que estaba a punto de decir, se quedó mirando la lápida, antes de finalmente seguir a Rubén con la mirada.
Él se volvió hacia ella y preguntó: “¿Quieres que te lleve en brazos?”
Leila siguió a Ruben dentro de la villa.
“La habitación ya está preparada.” Helena dijo, mirando a Leila y Rubén que acababan de entrar.
Ruben asintió y respondió: “Puedes irte a descansar.”
Helena asintió respetuosamente hacia Leila y Rubén antes de dirigirse a su habitación.
Justo cuando Leila se acercó al refrigerador para ver qué habia para comer, Rubén abrió la puerta del refrigerador. Miró los ingredientes y le preguntó a Leila “¿Qué te apetece comer?”
“Yo misma cocinaré.” Leila apuntó a la carne y los tomates en el refrigerador.
Rubén sacó la carne y los tomates del refrigerador con habilidad y luego le preguntó: “¿Te gustaria pasta con carne y salsa de tomate?”
Aunque Rubén no habia quemado la cocina la última vez, Leila todavia no estaba segura de si era buena idea dejarlo cocinar, asi que su expresión era de duda.
Bajo la mirada escéptica de Leila, Rubén colocó la carne y los tomates en el mesón: “Déjame intentar complacer tu paladar.”
“Puedo cuidar de mi estómago, no necesito que nadie lo haga por mí.”
Estaban muy cerca el uno del otro, Rubén era tan alto que Leila tuvo que levantar la vista para mirarlo.
Rubén bajo la mirada para ver a la mujer a su lado y dijo seriamente: “Sé cómo hacer pasta con carne y tomate.”
“Pero…”
Justo cuando Leila iba a hablar, Rubén la levantó y la sentó en el meson. Ante el cambio repentino, Leila inhaló bruscamente y sujeto sus hombros.
La colocó en el meson, apoyándose en ambos lados y la atrapó entre sus brazos antes de decir con resignación: “¿Por qué no creces un poco más en lugar de solo en el pecho?”
Estaban muy cerca, y la respiración de Rubén rozaba la oreja de Leila.
¿Estaba insinuando que era demasiado baja? Recordaba que la primera vez que lo vio, era dos centimetros más alta que él…
Contuvo la respiración, empujó sus hombros y cedió: “¡Hazlo tú!”
Su voz era profunda y sexy cuando preguntó: “¿Qué debo hacer?”
“¿Qué?” Leila tardó un momento en entender lo que Rubén estaba insinuando con su pregunta.
No era que ella estuviera pensando demasiado, era que Rubén, el pervertido, la había llevado por mal camino.
Sus mejillas se pusieron rojas al instante, apartó la mirada de sus musculosas piernas y gritó en voz baja: “Quiero decir, cocina ya!”
Después de eso, empujó a Rubén, saltó del mesón y salió corriendo de la cocina.
Ruben seguia apoyándose en el mesón, una sonrisa se dibujo lentamente en su rostro.
Leila se sentó en el sofá del salón y abrió su Facebook, que no había consultado desde hace mucho tiempo. Se sorprendió al ver que los medios de comunicación estaban actualizando en tiempo real, las fotos de ella y Rubén en la fiesta de esa noche ya se habían vuelto virales.
Valerie Alamilla y Lionel también estaban siendo discutidos por los fans. Apenas había tenido tiempo de hablar con Valerie en la fiesta, pero al ver las fotos, Leila pensó que Lionel y Valerie parecían una buena pareja.
Pero después de un rato, Leila se dio cuenta de que la gente estaba buscando a Valerie como locos, incluso las entrevistas que Valerie habia hecho para revistas estaban siendo publicadas a lo loco
Algunos elogiaban la profundidad de las entrevistas de Valerie, otros criticaban que su estilo era demasiado extravagante. Antes, Valerie habia estado en el foco de los medios debido a Leila, todos sabían que se llevaba bien con Leila, asi que muchos internautas fueron a la cuenta de Leila a dejar comentarios, cuestionando si Valerie realmente se graduó de una universidad prestigiosa.
Leila estaba un poco desconcertada, Lionel ya había dicho que él y Valerie eran buenos amigos, ¿por qué la gente todavía estaba tan obsesionada con comentar?
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Pensó por un momento, sacó su teléfono para llamar a Valerie y advertirle, pero entonces Rubén salió de la cocina con un plato de espaguetis con carne a la boloñesa
Leila simplemente envió un mensaje a Valerie y luego se dirigió a la mesa de comedor.
Al ver los dos platos de espaguetis con carne a la boloñesa, tan bellamente decorados, Leila no pudo evitar levantar la vista sorprendida hacia Rubén: “¿Estás seguro de que algo tan hermoso es realmente una boloñesa?*
Rubén sonrió y se acercó a Leila, ayudándola a tirar la silla: “Gracias por el cumplido.”
Leila se sentó y pudo oler el aroma de los espaguetis, estimulando sus papilas gustativas. Él le pasó los utensilios a Leila con cariño: “Prueba.”
Resultó que ella realmente habia subestimado las habilidades culinarias de Ruben, el sabor de los espaguetis era mucho mejor de lo que habia imaginado, satisfaciendo completamente su paladar. Resultó que no solo ella habia crecido a lo largo de los años, sino que también el hombre sentado frente a ella habia cambiado en algunos aspectos y se habia convertido en alguien desconocido para ella.
Justo después de que terminó rápidamente sus espaguetis, una voz clara y profunda vino de enfrente Estaban buenos mis espaguetis?”
Leila estaba a punto de decir que si, pero de repente se detuvo. Era una frase tan simple, ¿por qué siempre pensaba en un significado adicional?
Después de unos segundos de silencio, Leila se dio cuenta de que cualquier respuesta que diera seria incorrecta.
¿Sus espaguetis estaban buenos?
¿Sus espaguetis no estaban buenos?
¿Sus espaguetis estaban normales?
Después de medio minuto de silencio, Leila vio que el hombre de enfrente la estaba mirando con una expresión llena de curiosidad, esperando su respuesta.
Al final, Leila le sonrió y respondió: “Estaban un poco blandos.”
Ruben se quedó sin palabras.
El tenedor en su mano tembló un poco, luego se calmó y miró a Leila: “La próxima vez estarán más duros.”
Decidió ponerle fin a este tema, acabar con él de una vez por todas.
Asi que Leila recogió rápidamente los utensilios y se dirigió a la cocina, dejando una frase: “Voy a lavar los platos.
Ruben miró el rostro de Leila que parecía estar huyendo, la sonrisa en su rostro era aún más evidente.
Justo cuando Rubén estaba a punto de ir a la cocina a ayudar a lavar los platos, su teléfono en el bolsillo sonó de repente.
Miró la pantalla de su teléfono y vio que era Izan quien ffamaba, asi que presionó el botón para responder.
La voz algo culpable de Izan vino del otro lado del teléfono: “Rubén, mamá esta bien?”
Rubén miró a Leila en la cocina, puso el teléfono en modo manos libres, luego entró en la cocina y le pasó el teléfono a Leila: “Mañana vendra Helena a limpiar”
La voz preocupada de Izan vino del otro lado del teléfono “mamá, no sabia que eras alérgica a Caramelo…”
Se podia escuchar una voz de culpabilidad que provenía de Izan, Leila sintió que necesitaba calmarlo primero, asi que tomó el teléfono y le dijo a Izan: “Estoy bien.”
“Pero, ¿por qué no contestaste mi llamada?” Izan preguntó inocentemente.
Leila, un poco desconcertada, se volvió para mirar su teléfono en el sofá, luego camino hacia el sofá, cogió el teléfono y vio que había una llamada perdida de izan.
Anteriormente en la fiesta, Leila había puesto su teléfono en modo silencio, y cuando volvió a casa, se asustó con el perro y se olvido de
encender el sonido
Después de encender el sonido de su teléfono, Leila explicó a Izan al otro lado del teléfono: “Lo puse en silencio por accidente. ¿Por qué no te has ido a la cama todavia?”
“¡Ah! Eso es, mamá Laila, llamé para hablar con Rubén sobre un asuntol” izan respondió como si acabara de darse cuenta
Leita muró a Rubén, que estaba parado a su lado. Entonces Rubén pregunto a izan ¿Qué pasa?”
“Rubén, recibimos un paquete, dice que solo mama Laila debe abrirlo.”
Un paquete?” Rubén preguntó a Leila: ¿Has comprado algo en linea?”
Leila miró a Rubén con sorpresa, negando con la cabeza, señalando que no sabia nada sobre el origen del paquete.
“Toma una foto y enviala.” dijo Rubén
Colgó el teléfono, y en pocos minutos, izan envió la foto
No había ninguna información del remitente en la foto, solo la dirección del Palacio Radiante y estaba escrito ‘Para Leila‘
Quizás era por ver demasiadas series de televisión, pero cuando Leila vio este paquete misterioso, no pudo evitar pensar en algunas posibilidades negativas.
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Capitulo 166
Se volvió hacia Rubén: “¿No será una bomba, verdad?*
Leila llamó a Izan inmediatamente: “ilzan, haz que todos se alejen de ese paquete ahora mismo!”
Aunque confuso, Izan en el teléfono le gritó a Benicio: “mamá Laila dice que se alejen todos de ese paquete!”
Desde el otro lado del teléfono, se escuchó la voz de Benicio: “No te preocupes, el paquete ya ha sido escaneado, no hay peligro.”
Leila quedó en silencio.
¿Cómo pudo olvidar el antiguo trabajo de Benicio? Y Benicio, que era responsable de la protección de Izan, seguramente habría revisado la seguridad del paquete…
Si no habia peligro, ¿qué podria contener el paquete? Leila realmente no podia adivinar.
Después de un momento de silencio, le dijo a Benicio por teléfono: “Benicio, hagamos una videollamada!”
Después de decir esto, Leila colgó el teléfono y envió una solicitud de videollamada a Izan.
Tan pronto como se conectó la videollamada, Izan le mostró el paquete a Leila: “mamá Laila, mira, es este.”
El paquete no era grande, Leila no podía adivinar lo que habia dentro. Después de ver que decía ‘Para Leila‘, Leila le dijo directamente a Benicio: “Benicio, ¿podrias abrir el paquete y ver qué hay dentro?”
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