Capitulo 232
¿Quién podría aguantar asi?
“Por favor… Me encanta hacer diseños, ¡dame esta oportunidad! ¿Podría salir temprano del trabajo hoy? ¡Voy a dormir temprano para recuperar el sueño perdido de ayer!”
Al verla así, ¿qué más podia hacer Lamberto sino aceptar? En este mundo, la única que podría hacerle ceder sería Felicia.
Al llegar a la empresa, Felicia gestionó algunos documentos y Ricardo le trajo la agenda de Lamberto.
*¿Va el Sr. Rivas a Urragon para inspeccionar hoy?”
“Si!” Ricardo asintió, “Este viaje se suponía que iba a ser hace unos días, pero se ha retrasado varias veces, hoy fijo tiene que ir.”
Felicia preguntó a modo de prueba, “¿Cuánto tiempo tomará?”
“¡ir y volver de Urragon tomará al menos cinco o seis horas!” Ricardo terminó y le echó un vistazo a Felicia, riendo, “¡Hoy no podrás almorzar con el Sr. Rivas! Pero deberia poder regresar por la noche.”
“Jaja… no pasa nada, hoy tampoco tengo mucha hambre.”
*Tu amor con el Sr. Rivas es tan envidiable!” Ricardo puso una mueca, “¡Es una lástima que yo esté tan ocupado con este trabajo que no tengo tiempo para tener una novia! Tendré que pedirle al Sr. Rivas una compensación emocional, jo que me presente a una novia!”
Felicia rio, “Tú sabes mejor que nadie cuántas mujeres hay alrededor del Sr. Rivas”
“Tienes razón! Parece que esa esperanza es imposible.” Ricardo agitó la mano, “¡Voy a trabajar!”
“Bien.”
Felicia vio a Ricardo alejarse, luego sacó su teléfono y llamó a Duero Muñoz.
“Debería tener tiempo en una hora.”
“Entonces nos vemos en una hora.” La voz de Duero era muy baja, parecia que había sucedido algo.
Felicia estaba un poco preocupada, “¿Qué sucede? ¿Hay algún problema?”
“No.”
“Pero tu tono no suena bien!” Felicia mordió su labio, “¡Dilo, déjame ayudarte a pensar en una solución! Siempre has sido tu quien me ayuda, dame una oportunidad para ayudarte!”
Duero sonrió, “Bueno, puedes dejar a Lamberto y casarte conmigo, eso sería ayudarme.”
Duero, esa broma no es graciosa.”
Hubo silencio en el teléfono por unos segundos antes de que él dijera, “¿De verdad? Pensé que aceptarias. No hablemos de esto por teléfono, tengo cosas que hacer, hablemos cuando nos veamos.”
“Bien.”
Después de colgar el teléfono, Felicia frunció el ceño. No sabia si era su presentimiento el que estaba mal, o qué, pero tenia la sensación de que algo andaba mal con Duero hoy.
Por el lado de Duero, después de colgar el teléfono, Silvia Soler le pasó una copa de vino tinto.
“Vas a ver a Felicia, debes estar emocionado, ¿verdad?”
No me gusta verla de esta manera. Duero aceptó la copa y tomó un sorbo.
“¿Por qué eres tan exigente?” Silvia se rio con burla, “Quieres a esta mujer, pero no estás dispuesto a hacer nada. Duero, si sigues asi,
solo sufrirás solo.”
Duero la miró y luego se volvió para alejarse de la ventana, “Recuerda tu promesa! Cuando me lleve a Felicia, no debes tener ningún atentado hacia ella. No te detendré si quieres a Lamberto, no me importa cómo lo consigas, pero en cuanto a Felicia, ¡no puedes
dañarla!”