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Capítulo 246
Todo es culpa mía. Carlos e Ivana pelearon con Daniel ayer. Pensé que eran solo niños, así que no fue gran cosa. No esperaba que Virginia y Maria fueran en persona hoy al jardin de infantes para defender a Daniel“.
Rosalinda se sobó el pecho para aliviar la ira en su corazón.
“Si la señora Méndez no nos hubiera llamado a tiempo, realmente no sé cómo esa mujer habría amedrentado a Carlos si yo hubiera llegado tarde“.
“No es culpa tuya. No hay adultos que interfieran en las peleas de los niños. La madre de Leonardo está loca. ¿Has visto a alguna mujer de las familias poderosas de Palermo ser tan descarada como su madre?“.
Juan estaba preocupado de que Rosalinda se culpara a sí misma, por lo que regañó duramente a María.
“Asi es. Aquellos que no lo sepan pensaran que ella es una amante, que no es capaz de mostrarse en público”.
Karen agitó el brazo con la corbata, lo que fue suficiente para mostrar su molestia.
Al ver el movimiento de Karen, Juan se asustó tanto que tomó la mano de Karen y le dijo en voz baja.
“Ten cuidado. No estás recuperado aún. No te vuelvas a lastimar el brazo“.
Al sentir la temperatura proveniente de la palma de Juan, Karen pareció quemarse. Ella inmediatamente retiró la mano y volvió a agitarla de manera torpe.
“Bueno, ya casi se ha recuperado. Mira, no hay de que preocuparse“.
Pero nadie se percató de que la oreja de Karen ya se había puesto roja.
“¿Dónde está Leonardo?, ¿No quiso decir nada después de que
madre hizo semejante cosa?“.
Karen no vio a Leonardo ni escuchó que Rosalinda y Damian lo mencionaran. Karen estaba un poco confundida.
Juan frunció el ceño y le propinó un codazo a Karen.
Juan pensó: “Niña tonta. Te ves bastante inteligente en momentos normales. ¿Por qué eres tan estúpida en este momento? ¿No puedes dejar de mencionarlo?“.
“¿Por que me diste un codazo?, Carlos es su hijo. Su madre se atrevió a golpear a su hijo. A él debería importarle“.
Todos guardaron silencio. Juan jaló de la manga de Karen y se sintió un poco impotente.
“Leonardo no sabe que Ivana y Carlos son sus hijos…“.
“¿Qué?, Rosalinda, nunca le contaste a Leonardo que le diste gemelos?“.
Pero tan rápido como Karen dijo eso, se arrepintió.
Cuando Rosalinda estuvo en el extranjero, vivió una vida muy dura. Pero aun asi no le habló a Leonardo de sus hijos. Ahora su vida había ido mejor y sus hijos habian crecido. No tenia sentido contárselo a Leonardo.
Además, la familia Bernaola y la familia Juárez no se llevaban bien. Si Leonardo supiera que Ivana y Carlos eran sus hijos, nadie se imaginaría lo que podría pasar.
“No sé si Leonardo sabe que Ivana y Carlos son sus hijos. Pero hoy sabe que son hijos mios“.
Lo que pasó hoy fue demasiado repentino. Rosalinda no esperaba que Adriana, la maestra, llamara a Leonardo. Rosalinda y Leonardo llegaron al jardín de infantes casi al mismo tiempo. Pero Rosalinda no le hizo mucho caso porque se centro solo en Carlos.
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Thu, Sep
Capitulo 246
Cuando Leonardo supo que Carlos e Ivana eran hijos de Rosalinda, se lanzaron los dados.
Rosalinda había estado centrándose en la lesión de Carlos y no pensó demasiado.
Ahora Rosalinda no podia evitar preocuparse porque le sería imposible estar con Leonardo dada la situación entre sus familias.
Rosalinda se preguntó si Leonardo le quitaría a Ivana y a Carlos una vez que supiera que eran sus hijos.
Con la identidad, el estatus, los recursos financieros y el poder de Leonardo, Rosalinda pensó que no sería capaz derrotarlo.
Rosalinda no se atrevió a pensar que podría hacer si Leonardo realmente se llevaba a los niños.
de
Damián notó la preocupación de Rosalinda. Damián le dio una palmada en el hombro a Rosalinda y se puso a consolarla.
“No te preocupes. Estoy aqui. No permitiré que Leonardo se lleve a ninguno de los niños. No pienses en Leonardo todo el tiempo. Cuando Carlos se recupere, te encontrare un hombre joven y prometedor que cuide bien de ti y de los dos niños”
Antes de que Rosalinda pudiera decir algo, Juan se empezó a señalar a si mismo con entusiasmo.
Yo. Aqui puedes encontrarme. Prometo que seré amable con Rosalinda y trataré a los dos niños como si fueran mios. Soy la persona más adecuada“.
Al mirar el rostro expectante de Juan, Damian torció de manera ligera la boca.
Tu?, ¿Te atreves a estar en contra de Leonardo?”
No es que Damian menospreciara a Juan, pero siempre sintió que Juan era indeciso. Juan podría ser amigo de Rosalinda pero no su marido. Damián no creia que Juan fuera buena pareja de Rosalinda.
Yo…”
Juan parpadeo. Se sintió un poco cobarde al ponerse a pensar que Leonardo lo abrumaba cada vez que lo encontraba
Al pensar en Rosalinda y sus dos hijos, Juan volvió a tener valor. Se subió las mangas para mostrar sus músculos, los cuales no eran muy notorios.
“¿Por qué no me atreveria?. Mirame. Soy tan fuerte. Si peleo solo con él, es posible que él no gane”
Sin embargo, hubiera sido mejor no haber dicho nada. Tan pronto como dijo esto, recibió burlas. Incluso Ivana se tapo los ojos para no verlo.
“¿Por qué me miras de esta manera?, ¿Acaso me menosprecias?“,
Juan se sintió un poco agraviado, pero sintió esperanza en su corazón cuando vio el rostro tranquilo de Rosalinda.
“Rosalinda, eres diferente a ellos, ¿cierto?“.
A Rosalinda le hizo gracia Juan. Pero ante los ojos esperanzados de Juan, tuvo que explicarlo todo con claridad.
“Será mejor que busques a alguien más. Tu y yo no somos tan compatibles“.
Aunque Rosalinda satento decir esto en broma. Juan de repente se sintió decepcionado. Su rostro pareció apagado por un instante, pero fue fugaz y cambió a la apariencia habitual de un noble.
“No importa. Si no dices que si, te lo volvere a preguntar en unos días. De todos modos, estamos todos solteros. Todavia tendremos muchas oportunidades“.
Todos tomaron las palabras de Juan como una broma y de repente el ambiente mejoró. Sólo Karen vislumbró el destello de soledad y decepción que acababa de aparecer en el rostro Juan.
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Capitulo 246
En la residencia Bernaola, al ver a Leonardo, que era alto y erguido, de temperamento fuerte, y mirada lugubre, Maria sintió miedo y enojo.
María nunca había visto a Leonardo así. Leonardo era completamente diferente al de antes, quien era capaz de mimarla y obedecerla en todo.
“¿Por qué? ¿Por qué me tratas así? ¿Es sólo porque le hice algo al hijo bastardo de la perra de Rosalinda? ¿Por quién crees que estoy haciendo esto?, hice esto por ti“.
Al escuchar a Maria lanzar improperios nuevamente a Rosalinda, Leonardo frunció el ceño.
Especialmente cuando Leonardo escuchó “el hijo bastardo de la perra Rosalinda“, se sintió furioso. Si la persona frente a él no fuera su madre, definitivamente la golpearía sin ninguna duda.
“¿Quieres decir que hiciste eso por mi? ¿Por qué?“.
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