Capítulo 42
Adrian miró a Sebastian instintivamente. Pero la expresión de Sebastián seguia tranquila, como si solo viera a un extraño Acerto, incluso si Gabriela lograba seducito, no serviria de nada. En su circulo, las mujeres eran solo una herramienta.
“Si, he cambiado de gustos, últimamente me parece que Penny está muy bien.”
Diciendo eso, extendió la mano para tocar la barbilla de Gabriela, fingiendo afecto.
Gabriela agarro su muñeca, sonrió y levanto la cabeza “Olvidé decirte, ya me casé, así que no puedo seguir jugando contigo”
Habia muchas personas en esa mesa, podría decirse que era la más observada de todo al lugar.
Porque Sebastian estaba alli, y además de el, también estaba Fabio
Ambos eran figuras de alto rango en el circulo de la élite de Ciudad San José Ademán, Sebastian era rico y generoso
No le gustaba apostar la mayoria de las veces era arrastrado y no le importaba ganar o perder
Acababa de regresar al pais hace poco tiempo. La última vez que aposto aquí, perdio suficiente dinero para que una empresa al borde de la quiebra pudiera financiarse Había apostado veinte mil millones sin pensarlo.
¿A quién no le gustaban los ricos asi?
Por lo tanto después de que se sentó en esa mesa, aquellos con derecho a unirse, casi llenaron todos los asientos.
Adrian volvio a traer a Gabriela, y ya no quedaban asientos libres en la mesa
Humillado frente a tanta gente, Adrian cambió de color y deseo poder abofetearia al instante.
Pero si realmente lo hacia, tal vez su reputación tambien se arruinaria.
¿Esa mujer lo estaria haciendo a propósito?
Se puso palido y lentamente retiró la mano
“Ah si? ¿Y quien es tu esposo Recuerdo que la última vez que te vi en el hotel, la persona a tu lado no era tu esposo, ¿verdad?”
Por supuesto. Adrian no se atrevio a mencionar el nombre de Sebastian, ni siquiera se atreveria a ofender a ese hombre aunque le dieran diez veces más valor Gabriela sonno y se enderezo “¿Cómo sabes que él no es mi esposo?
Porque esa persona es…!” Adrian se detuvo de repente, poniendose un poco rojo por la presión.
Miro de reojo a Sebastian, al hombre parecia no importarle, como si no supiera que estaban discutiendo sobre él
El corazón de Adrian latia más rapido, la ultima vez Gabriela mintió diciendo que era la esposa de Sebastián, y se salvó
No esperaba que se atreviera a usar esa excusa otra vez!
Pero a diferencia de la ultima vez, en esa ocasión no podia refutarla.
Estaba tan furioso que rechinaba los dientes, al oir las risitas de la gente alrededor, sabia que si seguía discutiendo, el único que quedaria en ridiculo seria el Cuando se fuera, aquella mujer estaria a su merced
Tomo una respiración profunda, queriendo terminar la conversación, cuando escucho a Sebastian hablar
“Reparte las cartas
El crupler que habia estado esperando miró a Gabriela con cierta dificultad: “Parece que esta señorita aún no tiene fichas…
“En el casino puedes cambiar cheques por fichas, hay camareros alrededor que pueden ayudarte a cambiar en cualquier momento.
Gabriela fue llevada alli de improviso, por lo que no tenia mucho dinero en aquel entonces
Adrián ya habia indicado que alguien le cambiara fichas, miró framente a Gabriela “Ya que te has casado, ¿por qué no vuelves a casa a cuidar a los niños? Deja este lugar para alguien mas
Habia pensado que con traer a Gabriela podria recuperar algo de dignidad, pero en cambio, solo le hizo perder mas la cara Mirandola, sintió repulsión.
Una mujer demasiado ostentosa no era apta para ser una amante, especialmente cuando pretendia ser tan altiva, era desagradable
Aprovecho esa oportunidad para humillarla y que se diera cuenta de cual era su lugar
Tan pronto como se fuera, sus guardaespaldas la atraparian afuera del bar y ella estaria a su merced.
Alguien soltó una risita “Adrián tiene razón, hay gente que simplemente no deberia estar aqui haciendo el ridiculo.”
Gabriela alzo las cejas, levanto la vista hacia la fuente del sonido
Aitana Torre estaba parada a un metro de distancia de Sebastián, quien en ese momento la miraba con furia