Capítulo 998
Leandro, un poco sorprendido, preguntó: “No te importa que Adrián se lleve al niño que adoptó con Pati para vivir juntos?”
Esther lo miro: “Aunque me importe, no sirve de nada, el niño ya fue adoptado y no puede ser devuelto, alguien tiene que cuidarlo, de todos modos, el
niño es inocente“.
Había una pizca de admiración en los ojos de Leandro, ¿qué chica normal tendria tal tolerancia y generosidad, dispuesta a aceptar al hijo adoptado por
su esposo y otra mujer?
Justo entonces, el mayordomo de la familia Ibarra apuró su paso y le susurró algo al oido a Gustavo. Su cara se volvió sombría de inmediato: “¿Qué? ¡Envía más gente a buscar ahora mismo!”
El mayordomo asintió en aceptación de la orden y se fue.
Después, el anciano miró a Esther con una expresión complicada: “Esther, ve a descansar. Respecto al asunto del niño, pensaremos un poco más antes de decidir si te lo llevas con la familia Gómez“.
Ella asintió: “Bueno, volveré y esperaré noticias de ustedes, con su permiso“.
Dicho eso, se levantó, se despidió cortesmente y se preparó para irse.
Leandro también se levantó, Te acompaño“.
Esther era muy fria por la actitud irresponsable de su padre, hubo un destello de rechazo en sus ojos, “Mejor quédese, sé cómo salir. No necesito que
me acompañe“.
Leandro se detuvo a regañadientes, “Está bien, ten cuidado en el camino”
“Uh huh.” Respondió brevemente, se dio la vuelta y se fue…
Al salir de la casa de la familia Ibarra, Esther subió al coche negro que la esperaba.
En el vehiculo, Adrian estaba sentado perezosamente en el asiento trasero, sus largos dedos golpeaban el teclado del portátil. Al oir et ruido de Esther subiendo al coche, giró la cabeza para mirarla, “¿Has hablado claro con la familia Ibarra?”
Ella asintió, “Todo está explicado“.
Él golpeó el teclado unas cuantas veces más, luego cerró el portátil y le acarició la mejilla suavemente, “Fueron ellos los que te traicionaron, ahora todo está claro, en realidad no necesitas explicarles nada más,”
Esther le dijo: “He explicado todo a los mayores de la familia Ibarra, para que Patricia y su madre no tengan más oportunidades de demostrar su inocencia y seguir causando problemas. Su comportamiento no me ha afectado mucho esta vez, pero el daño causado a Gómez International CO. es irreparable. Aunque las acciones ya han empezado a recuperarse, todavia tenemos que tener mucho cuidado, no podemos dejarles más oportunidades para causar problemas”
Adnan la miró intensamente y sonrió. “No está mal, ¿hasta estás pensando en mi?”
Ella ignoro su broma, “Por cierto, le acabo de pedir la custodia de Max a la familia Ibarra, dijeron que lo pensarían y luego nos darian una respuesta.”
Él se sorprendió un poco, “¿Por qué?”
Esther le lanzó una mirada, “Eres el padre adoptivo de Max, no puedes ser tan irresponsable. Además, ¿no te parece que el niño es infeliz en la familia Ibarra? Ya ha sido demasiado herido por Patricia.
Ella no quiere a Max en absoluto, al principio solo queria usarlo para controlarte, y ahora que se ha dado cuenta de que ya no puede controlarte a traves de él, Max no tiene ningún valor para ella, por lo que no lo tratará bien. Tú también eres uno de sus tutores, si lo llevas a casa, al menos no sufrirá más dano.”
Adrián la miró profundamente, “Si me llevo a Max, ¿no te importaria?”
Esther se encogió de hombros, “Decir que no me importa sería mentira! Pero Max es muy tierno, llévalo a casa, así puedo aprender a cuidar niños de
antemano”
El hombre la miró durante un buen rato, luego la abrazo, “Lo siento, no te consulté sobre la adopción de Max.”
Ella se apoyo silenciosamente en su pecho, bajando los párpados, “Pasaron muchas cosas, todos tenemos nuestros propios problemas, entiendo cómo te sentias cuando Patricia te tenia atado moralmente.”
Al escuchar las palabras de Esther, los ojos de Adrián temblaron ligeramente…