Capítulo 958
Eugenia e Irene se asustaron al ver quienes aparecían, miraban con desconcierto a los señores Ibarra…
Patricia no se asustó, solo estaba un poco nerviosa e inquieta, miraba inconstante a Gustavo y Brenda, aún no había dejado de defenderse, “Abuelito, abuelita, yo no las conozco… Tampoco sé por qué hablan asi… Esther las trajo, deben haber aceptado dinero de ella para ayudarla a incriminarme…”
Esther también salió de la habitación interna y soltó una risita, “Señorita Ibarra, con todas las evidencias frente a ti, ¿cómo puedes seguir defendiendote?”
Fulmino con la mirada a Esther, aunque estaba llena de resentimiento, no sabia que decir en respuesta…
Adriana se adelanto para defender a su hija, “Señorita Galán, ¿qué está mal en lo que dice mi hija? Estas dos mujeres, una es tu madrastra, la otra es tu hermana, por supuesto que te ayudarán!”
Esther echó un vistazo a Adriana, luego a Eugenia e Irene que estaban de pie en la sala, como si hubiera oido algo gracioso, “Señora Ibarra, ¿piensas que parecen dispuestas a ayudarme? No habrás escuchado cómo me han insultado, verdad?”
Por supuesto que Adriana sabía lo que Eugenia e Irene realmente pensaban, simplemente estaba tratando de exonerar a su hija, así que insistió: “Eso debe ser algo que acordaste con ellas de antemano! Tú las trajiste, deben haberse comunicado contigo antes e hicieron un plan meticuloso para perjudicar a mi hija!”
Ella no discutió con Adriana, se volvió a los ancianos, “Señor y señora Ibarra, seguro que escucharon lo que mi madrastra y mi hermana le dijeron a la señorita Ibarra, creo que ya saben en quién confiar, ¿no?”
Eugenia e Irene entendieron lo que estaba pasando tan pronto como Esther apareció, se dieron cuenta de que habían cometido un error…
Estaban muy nerviosas, solo querian encontrar una excusa para justificar a Patricia, tal vez aún podrían cambiar la situación.
Eugenia dijo apresuradamente, “Eh… ¡Lo siento mucho! ¡Nos equivocamos de persona! No conocemos a la señorita Ibarra, fue Esther quien nos trajo aqui
Irene asintió enérgicamente siguiendo la idea de su madre, “Si si si, fue Esther quien nos trajo, incluso nos instigó a venir aqui para incriminar a la señorita Ibarra!”
Todos se quedaron sin palabras
¡No solo no ayudaron a Patricia, sino que le causaron más problemas!
Si no fuese por su inmediato cambio de postura bajo presión, la acusación de Adriana contra Esther habría sido válida, pero ahora parecia muy inapropiada
El ambiente en la sala estaba muy tenso…
Gustavo y Brenda miraban a Adriana y Patricia que se negaban obstinadamente a admitir los hechos, los dos ancianos fruncieron más el ceño, sintiendo que habia un gran problema en la casa.
Después de un rato, Brenda se acercó lentamente a Esther, con mucha vergüenza, tomó su mano y dijo: “Esther, de verdad, lo siento mucho. No educamos bien a nuestra nieta, además te hicimos sentir mal“.
Ella sacudió la cabeza y dijo “No, no es su culpa, no tiene que disculparse conmigo“.