Capítulo 955
Patricia lloraba mientras negaba con la cabeza, “¡No! Yo no… No es… ¡Esther, me estas malinterpretando! Solo sali a dar un paseo esta mañana. ¡No pensé que aprovecharias la oportunidad para difamarme asi!”
Ya habia anticipado esa reacción, “¿Quién está difamando a quien aquí? Señorita Ibarra, estás tan dispuesta a arruinarme que ni siquiera te importa tu querido Señor Gómez. ¡No te detienes ante nada“”
Patricia reflexionó un momento En ese punto, no podia defenderse, asi que solo podia seguir fingiendo inocencia. Inmediatamente adoptó una expresión de profunda tristeza. “¡Ya basta! ¡No digas nada más! No hice nada de lo que dices. Esther, he renunciado a Adri. Nunca más pelearé por éll Por favor, déjame en paz Deja de atacarmel Si me odias tanto, me golpeare a mi misma para que lo veas, ¿eso te dejaria satisfecha? ¿Eso te haria sentir mejor?”
Lloraba mientras se golpeaba la cara, una y otra vez…
Esa clase de comportamiento irracional era exasperante. Esther no sentia ninguna simpatía por su supuesta angustia.
Sin embargo, para la familia Ibarra, seguia siendo la princesa de la casa. Cuando lloraba, Brenda y Gustavo sufrian.
Se podia ver que, incluso si Patricia realmente habia hecho algo mal, su familia estaba dispuesta a perdonarla.
Leonardo la miraba con sentimientos encontrados.
Honestamente, despreciaba a las personas llenas de mentiras y trucos, pero Patricia era alguien a quien había visto crecer. Aunque ya no le gustaba, aun tenia sentimientos por ella. Verla golpeándose a si misma, con su cara enrojecida, era difícil de soportar, pero al pensar en lo que le había hecho a Esther, no dijo nada.
Adriana, siendo quien más se preocupaba por su hija, se apresuró a detenerla, “Patil, ¿qué estás haciendo? ¡Ella es una extraña! Que no te quiera es su problema, pero tu familia todavia te ama! No te golpees más! ¡Me duele el corazón verlo!”
Patricia la apartó, llorando aún más fuerte y golpeándose con más fuerza, “Mamá, no te metas! Esther no me quiere. Si no la satisface, seguirá causandome problemas, difamandome… No quiero que te decepciones por sus mentiras. Solo así estará satisfecha…
Adriana tambien comenzó a llorar, “Pati…”
Adriana, aparentemente conmovida por la conducta de su hija, también comenzó a castigarse a sí misma. Se golpeaba la cara mientras decia: “Señorita Galán, seguramente estás enfadada porque escuchaste mis malas palabras hacia ti, ¿verdad? Si tienes algún resentimiento hacia mi, por favor ven conmigo directamente, no te metas más con mi hija! Ya te has llevado al hombre que más quiere, ¿no es suficiente para ti? Te lo ruego, deja a mi hija en paz….
La sala de estar se volvió un caos con el sonido de Adriana y Patricia golpeándose…
Los sirvientes que habían trabajado para la familia durante más de una década o incluso dos décadas nunca habian visto tal escena. Todos pensaban que la señorita Galan era increiblemente poderosa, capaz de reducirlos a tal estado de vergüenza frente a Brenda y Gustavo….
“¡Ya basta‘ ¡Dejen de hacer el ridiculo!” Leonardo gritó con extrema irritación.
Adriana y Patricia finalmente dejaron de golpearse, mirando temerosamente a Leonardo…
El rostro de Patricia estaba hinchado, los ojos rojos, mirando a su hermano con una voz ronca y llena de agravio dijo: “Leo…”