Capitulo 923
“Agata, vámonos! Esta gente no tiene corazón, encontraré otra forma de hacer justicia!”
Luego, solo se oyeron los sollozos de Agata y los insultos groseros de su madre…
Ambas habían sido expulsadas, solo quedaban tres miembros de los Galán parados en la sala.
Verónica se acercó con las manos en la cintura, impaciente, “¿Qué pasa, no se van? ¿Quieren pasar la noche aqui?”
Fue entonces cuando los Galán volvieron en si y se levantaron apresuradamente
Antes de irse, Juan dijo preocupado “Abuela Gómez, Florencio esa madre e hija vinieron a molestar a nuestra casa, también nos hicieron responsable a los gritos. Hoy las trajimos a buscar a Esther porque no teniamos otra opción. Si llegan a hacer algo que lo ofenda, no nos haremos responsables” Al verlo tan temeroso, la abuela Gómez apenas podia creer que este hombre fuera el padre adoptivo de Esther
No se parecia en nada, Esther no tenia nada en comúp con los Galán.
Afortunadamente, no había sido influenciada por la vileza de esa familia, de lo contrario, una buena niña se habria arruinado.
No solo la abuela Gómez, Verónica también lo despreciaba, se adelantó y los despidió con un gesto, “Vayanse, váyanse, no quiero verlos más en mi casa!”
Adrian tampoco le hizo caso, solo bajo la cabeza y le dijo a la niña en sus brazos Josefina me llamó hace un rato buscandote, dijo que no podia contactarte”
Esther se tocó el cuerpo y se dio cuenta de que no tenía su teléfono, “Dejé mi teléfono en el cuarto, no lo vi, ¿qué quiere?”
“No lo se, no me lo dijo, solo te lo dirà a ti” Dijo negando con la cabeza.
“Bueno, sueltame, voy a subir y llamarla”
“Vamos juntos.
Dicho esto, el hombre se levantó, levantandola en sus brazos
El rostro de su esposa se puso rojo al instante, luego protesto: “Señor Perfecto, la abuela está aquil¿Qué estas haciendo? ¡Bajame ahora!”
Él no se inmuto, miro a su abuela y le preguntó, “Abuela, ¿le molesta que lleve a Esther arriba?”
Ella estaba más que feliz de verlos tan enamorados, ¡cuanto más amor, mas cerca estaba de tener bisnietos!
“¡No me molesta en absoluto! ¿Cómo podria molestarme que ustedes, recién casados, sean cariñosos? Esther, Adri por fin ha cambiado, no te averguences!” Dijo riendose
La joven hizo una mueca en los brazos de su esposo, “Abuela…”
En ese momento, se sintió extremadamente incómoda.