Capítulo 851
“¿Cómo es apareció ese tipo de resultados en los exámenes médicos de Patricia…?
Adriana se sentía aterrada, ahora entendía por qué su hija había estado tan en contra de hacerse la revisión médica. Patricia temía que su farsa de infertilidad de muchos años fuera descubierta, y ahora las cosas se complicaban…
Patricia tenía una cara horrible, pero aun asi se negaba a admitirlo, seguía ocultando la verdad, “¿De qué hablas, Esther? Yo…”
Leonardo se acercó, tomó el informe médico ginecológico de las manos de Esther y, efectivamente, todos los indicadores eran normales.
Sus pupilas se contrajeron de repente, surgiendo una ola de ira.
Al recordar todas las situaciones de los últimos años y al pensar en las reacciones sospechosas de Patricia…
¡Todo estaba claro!
Es decir, durante todos estos años, Patricia no tenía la supuesta infertilidad. ¿Era solo una mentirà que había creado para ganarse la simpatía de Adrián?
Para ganarse el corazón de un hombre, incluso engañó á él y a toda su familia!
¡Tsk! ¡Esta era su hermana a quien él había criado!
Resulta que ella era tan vil!
¡Qué bien! ¡Muy bien!
Tiró el informe frente a Patricia, Leonardo preguntó fríamente: “¿Cómo lo explicas?
Patricia estaba aterrada, no tenía idea de cómo responder…
Levantó la vista insegura, miró el informe que podría destruir su imagen y de repente encontró un fallo, tuvo una idea.
“Leo, parece qué este informe no es mío.”
La expresión de Leonardo se quedó helada, entrecerró los ojos, “¿No es tuyo?”
Patricia puso una cara inocente y dijo: “Leo, mira, no hay nombre en este informe, ¿cómo puedes probar que es mío?”
Luego, con una mirada de reproche, miró a Esther y preguntó un poco enojada: “Esther, ¿cómo es que tomaste un informe ginecológico de otra persona y dices que es mío? ¿acaso no conozcó mi propio cuerpo?”
Leonardo tomó de nuevo el informe y lo miró, efectivamente, no había ningún nombre en él, así que miró a Esther, “Esther, ¿de dónde sacaste este informe?”
Esther respondió: “Ya lo dije desde el principio, lo encontré en el basurero.”
Al escuchar que Esther no tenía pruebas, Patricia se sintió más segura, “Esther, ¿encontraste un informe en el basurero y dices que es mio? ¿Cómo puedes ser tan imprudente?”
Esther la miró fríamente, “Srta. Ibarra, ¿no estás siempre lamentando no poder tener hijos? ¿Por qué siento que no estás feliz al saber que puedes tener hijos?”
Los ojos de Patricia vacilaban, parecía un poco nerviosa, pero sabía que Esther no tenía pruebas de que el informe era suyo, así que dijo con seguridad:
“Si, tienes razón, ¡yo realmente quiero tener mi propio hijo! Pero conozco muy bien mi condición física, ¡no puedes cambiar ese hecho con un informe médico cualquiera! Esther, si estás haciendo esto para consolarme, te agradezco. ¡Pero si tienes otras intenciones, por favor, déjame en paz!”
Esther entrecerró los ojos y dijo, “¡No!”
Las lágrimas de Patricia volvieron a caer, “Esther, ¿qué quieres? Sé que no me quieres porque salvé a Adri. Pero ya estás con Adri, ¿verdad? Por favor, deja de atacarme, deja de causar caos en nuestra familia, ¿por favor?”
¡Ay!