Capitulo 842
“Yo
Adriana miraba a Leandro con lágrimas en los ojos.
Leandro no la consoló, sino que se sentó junto a la cama del hospital, observando silenciosamente a su hijo pequeño que aún no despertaba.
Esther vio marcharse a Patricia, luego giró y observó a Adriana, que estaba llorando
Adriana y su hija Patricia, eran muy buenas actrices, especialmente en las escenas de llanto.
Sin embargo, parecia que Adriana habia elegido al público equivocado con su actuación, Leandro no disfrutaba viéndola.
Aunque Adriana ya no era joven, gracias a la riqueza de la familia Ibarra, todavía se vela bien. Sin embargo, parecía que no podía llamar la atención de Leandro
Leandro era muy frio con Adriana, incluso no queria mirarla más de lo necesario.
El hecho de que Leandro fuera frio con Adriana no hizo que Esther cambiara su opinión sobre él. Al mirarlo, sentia disgusto.
¡Qué hombre tan desvergonzado!
Una vez, traicionó a su madre y tuvo un romance con Adriana.
Ahora, estaba cansado de Adriana, era frio y cruel con ella, y posiblemente incluso tenía una nueva amante. ¡Qué repugnante!
Sintiendo que alguien lo miraba, Leandro miró hacia atrás.
Esther ya se habia girado, “Señor Perfecto, el aire en la sala no es bueno, vamos a dar un paseo.”
“De acuerdo”
Adrián aceptó, luego la ayudó a levantarse y salieron juntos de la sala.
Realmente no queria involucrarse en los asuntos de la familia Ibarra, solo estaba alli para acompañar a Esther.
Esther estaba vestida de forma ligera, Leonardo queria abrigarla con un abrigo, ‘Esther, vistete un poco más, puede hacer frio en el pasillo…”
Adrián levantó la mano para detenerlo, “No es necesario, yo tengo.”
Luego, se quitó su propio abrigo y se lo puso a Esther.
Leonardo retiró su abrigo, no dijo nada más, pero decidió seguirlos, porque estaba preocupado por Esther.
Esther no volteo, solo escucho los pasos de Leonardo, “Sr. Ibarra, no tienes que seguirnos, mejor quédate aquí y cuida a tu hermano.”
Leonardo sabía que le debía mucho a Esther, no se atrevía a molestarla más, asi que se detuvo, “Adri, cuidala bien.”
Adrian le echó una mirada fria, “No necesito tus comentarios.”
Leonardo se quedó sin palabras.
Viendo a Esther marcharse con Adrián, Leonardo suspiro, sabia que no podia forzar nada, era suficiente siempre y cuando Esther estuviera bien.