Capítulo 76
Encendió el altavoz, y de la otra parte de la llamada se escuchó la voz seria de un oficial de policía:
“Esther, esta tarde alguien encontró tu billetera y celular, incluso usó tu identificación para alquilar una habitación en un hotel, ven a la comisaría a confirmar si las cosas son tuyas y si has sufrido alguna otra pérdida“.
Esther respondió cortésmente: “Bueno, lo tengo en cuenta, gracias señor!”
“De nada“.
Después de colgar la llamada, Esther miro tranquilamente a Verónica, “Eso es todo? ¿Recuperar objetos perdidos se considera un escándalo? ¿Verónica, pensaste que la policia me buscaba por algo grave?”
Verónica se quedó sin palabras por un momento.
¿No era lo que esperaba?
¿La policia buscaba a Esther solo porque había perdido algo?
“Esther, me alegro de que estés bien, ¡me alegro de que estés bien! ¡Me asustaste mucho!” Mansol suspiró aliviada.
Luego, la anciana volvió y miró con desagrado a su nieta que siempre buscaba problemas, y dijo: “Vero, ¿qué te pasa últimamente, siempre sobresaltándote por todo! ¡Deja de hablar sin pensari
Verónica no se dio por vencida y siguió acusando a Esther, “Abuela, no estoy hablando sin sentido, incluso Pablo encontró el registro de Esther en el hotel hoy! Y la mujer en el video de las noticias es claramente ella, cómo es que lleva la misma ropa que la mujer en el video!”
La ropa de Esther era la misma que la de la mujer en el video, pero ella estaba muy tranquila, no era nerviosa en absoluto, “Mi ropa no es una edición limitada, es normal coincidir con alguien. Pero Verónica, ¿por qué me acusas y me vinculas con una noticia negativa de la sociedad?”
Verónica resopló con desden, “¿Soy yo la que te acusa, o eres tú la que está ocultando? Hay un registro de tu estancia en el hotel, te vistes igual que la mujer en el video. ¿qué tan coincidente puede ser eso? ¡Explicato!”
Esther respondió inocentemente, “La policía ya lo explicó claramente por teléfono, alguien usó mi identificación para reservar una habitación en el hotel. Esta tarde perdi sin querer mi billetera, identificación y celular cuando estaba de compras contigo y no pude contactarte, así que volvi sola“.
Veronica se rio con desden, “,Esther, estás mintiendo descaradamente!”
¡La explicación de Esther puede engañar a la abuela, pero no a ella!
Ella la vio personalmente con Nacho llevando a Esther al hotel esta tarde, no puede ser como dijo Esther!
Esther levantó la ceja, “Verónica, ¿pareces muy segura de que fui a ese hotel? ¿Lo viste con tus propios ojos? ¿También fuiste a ese hotel hoy?”
Al ser cuestionada asi, Veronica se quedó un poco desconcertada. “Yo. ¿Por qué iría al hotel?! ¡No he ido!”
Ella lo vio con sus propios ojos, pero no podía decirlo, ¡si lo decía, estaria expuesta!
“Esther, Vero ha sido mimada por mi desde chiquita, siempre es obstinada! No tienes que discutir con ella, yo la reprendere Marisol intervino para mediar.
Una era su amada nuera, la otra era su nieta mimada desde pequeña, sus amores por ellas son iguales de profundo, la anciana también se sintió incómoda, golpeó a su nieta con decepción, “Vero, estás equivocada en esto, ipide disculpas a tu cuñada de inmediato!”
Por supuesto, Verónica no queria disculparse, pero la situación actual estaba fuera de su plan, estaba un poco confundida
Sin pruebas suficientes para acusar a Esther, Verónica solo pudo seguir las palabras de su abuela por el momento, y dijo a regañadientes: “Bueno, supongo que me equivoqué hoy, lo siento“”
Esther la miró con calma, “Lo siento, no puedo aceptar una disculpa insincera“.
Verónica estaba muy enojada y dijo: “Esther, ya me disculpe, ¿qué más quieres? ¡No te pases!”
“Vero, no puedes ser tan maleducada con tu cuñada‘‘ exclamó Marisol con severidad.
Verónica se resistió, protestando con disgusto “Ella merece ser mi cuñada? Nunca aceptare a alguien del campo como mi cuñada! Ella es una mentirosa que quiere atrapar a mi hermano!”
“¡Ya basta‘ ¡No puedes hablar asi” Marisol tenía ganas de darle una cachetada a la niña, pero se contuvo Después de todo, era su nieta mimada.
Verónica, claro, sabía que su abuela no le pegaria. Ella señaló a Esther de una manera más arrogante y la insultó “Lo que digo es la verdad! ¡Ella es solo una campesinal
Abuela Gómez estaba tan enojada que no sabía qué decir, “Esta niña…”
Esther, preocupada de que se enojara la abuela Marisol, se acercó y acarició suavemente la espalda de la anciana, “Abuela, no te enojes. No voy a pelear con ella, pero tampoco la perdonaré“.