Capítulo 71
Esther se detuvo, escuchó a alguien llamándola por su nombre.
Un chico alto y radiante corrió hacia ella, jadeando…
Era un chico de tercer año.
Esther, desconcertada, le preguntó: “¿Felipe, qué pasa? ¿Necesitas algo de mi?”
Este chico grandote y timido, se rascó la cabeza con timidez y sonrió genuinamente, Esther, felicitaciones por tu graduación!”
Esther sonrió, “Gracias“.
Felipe quería decir algo, pero notó al hombre imponente que estaba al lado de Esther, “Eh… Esther, ¿quién es él?”
Esther respondió de inmediato: “Ah, él es mi tio!”
Adrián: “……”
Al escuchar que era un panente de Esther, Felipe se inclinó con cortesia y dijo: “¡Hola tio!”
Adrián miró friamente, sin prestarle atención.
Felipe no prestó mucha atención a Adrián, se puso rojo y le dijo a Esther “Esther, quiero hablar contigo en privado, ¿puedo?”
Esther asintió, “Tio, espérame un momento“.
Dicho esto, siguió a Felipe a un lugar un poco más alejado para charlar.
Los dos estaban de pie junto a la ventana del pasillo hablando, en medio de la conversación, Felipe arrancó el segundo botón de su chaqueta y se lo entregó a
Esther
Esther lo miro y sonrió.
Al ver esto, Adrián frunció el ceño.
Pablo siempre fue muy observador, notó que Adrián estaba confundido, así que explicó: “Sr. Gómez, en los mangas japoneses, el segundo botón de la ropa es el más cercano al corazón, el chico probablemente quiso decir que quiere darle su corazón a Esther“.
Adrián entrecerro los ojos, Esther aceptó algo con ese significado!
Recordó vagamente que Esther alguna vez dijo que le gustaban los chicos dulces, obedientes y que la llamarian hermana, ¿ese chico es del tipo que ella describió? Adrián rio friamente, “¿Los estudiantes de hoy empiezan a tener relaciones tan temprano?”
Pablo respondió directamente “Sr. Gómez, los universitarios ya son adultos“.
Adrian encendió un cigarrillo, mirando a la pareja a lo lejos que recién comenzaban a experimentar el amor, sus rostros siempre sonrojados….
Esther extendió la mano y acarició la cabeza del chico, no se sabia qué estaba diciendo, pero siempre estaba sonriendo.
¡A pesar de que ella misma no era más alta que el chico, todavía tenia la actitud de una hermana mayor al acariciarle la cabezal Adrian inhaló profundamente el humo del cigarrillo, luego exhaló, apagó el medio cigarrillo que quedaba y lo tiró a la basura
Hasta que subieron al coche, Adrián no volvió a decir una palabra.
Esther tampoco inició una conversación con él, bajó la cabeza para jugar con su celular, respondiendo a los mensajes de Sergio.
Justo cuando el coche estaba a punto de salir del campus de la Universidad Sócrates, apareció Verónica y los detuvo
Verónica abrió la puerta del coche y se subió, riendo: “Hermano, Esther, justo llévenme a casa con ustedes!”
Adrián levantó la vista y la miró friamente, “¿No vas a ir a la universidad?”
Verónica encogió el cuello, “Hermano, me equivoqué! No tengo clases esta tarde…”
Adrián no le prestó más atención, le hizo señas al chofer para que arrancara.
Verónica se sentó junto a Esther, con una actitud amigable, “Esther, asi que también estudiaste en la Universidad Sócrates, nunca te vi en la escuela antes!”
Esther miró a Verónica, cuya actitud habia cambiado drásticamente desde la última vez, y sonrid ligeramente, “Durante mi último año de universidad, pasé la mayor parte del tiempo haciendo prácticas fuera de la escuela“.
“¡Ya veo!”