Capítulo 674
Mientras miraba sus ojos, sus pestañas comenzaron a temblar y sintió una confusión interna repentina…
La chica normalmente elocuente, no sabía qué decir en ese momento.
*Señor Gómez, salga ya!”
Solo queria echarlo, levantó el dedo apuntando la puerta del baño.
La mirada del hombre cayó, sus ojos se entrecerraron. Tenia una mirada sutil, como un lobo astuto.
Esther se dio cuenta de que habia olvidado cubrirse el pecho, gritó de verguenza y se encogió en una bola, abrazándose las rodillas.
*¡Adrián Gómez! Eres un desvergonzado!”
Esther rara vez lo llama por su nombre completo, parecía que estaba realmente enojada.
Pero él se rio de su aspecto confuso y enojado.
Levantó la mano, los dedos ásperos pellizcaron su barbilla puntiaguda y levantó su rostro sonrojado, Todavia prefiero cuando me llamas Señor Perfecto
Ella se sintió avergonzada y furiosa, sentia la piel ardiente, aún mostraba los hombros suaves y delicados.
Debido a la falta de ropa para cubrirse, no pudo escapar, solo pudo ceder, “Está bien, te pido que salgas primero, espera a que me vista para hablar contigo.”
No se inmutó, todavia sosteniendo su barbilla, la frotó suavemente, “Te duermes incluso cuando te duchas, ni siquiera te diste cuenta de cuando entre ¿Señorita Galán, también eras tan descuidada cuando vivias con el señor Fierro? ¿No te dabas cuenta cuando te veia toda?”
La última frase, casi sono como un interrogatorio.
Ella frunció el ceño, abrazó sus rodillas en el agua tibia del baño para evitar exponerse y dijo enojada:
“¡No! ¿Piensas que todos son tan desvergonzados como tú, que irrumpirian cuando otros se están duchando?”
El respondió,“Yo soy un sinverguenza? El señor Fierro lleva a una mujer diferente a un hotel diferente todos los dias, no es un desvergonzado?”
El rostro de Esther se puso rigido, Sergio había salido con muchas chicas, lo que la hizo sentir un poco incómoda, “Sergio se pasa un poco, pero no está interesado en mi, no se atreveria a hacerme nada“.
Adrian levantó una ceja, “¿Estás segura de que no se atrevería? ¿Qué tipo de amistad tan profunda tienes con él que te hace confiar tanto?”
Esther hizo un mohin, “Quiero vestirme primero, luego puedo hablar contigo! Señor Perfecto, aunque te guste hablar desnudo, ja mi no!”
La cara de Adrian estaba seria, pero sus ojos revelaban una chispa ambigua, “Estoy vestido, ¿cómo podria considerarse hablar desnudo?”
¡Correcto! ¡Eso era correcto! ¡Estaba vestido!
¡Que malo, de verdad estaba abusando!
Esther estaba a punto de llorar. No podrias ser menos dramático?”
Al ver que ella estaba tan enojada que su rostro se arrugó, no pudo resistirse a seguir molestando, alargó el brazo, agarró una toalla y la lanzó a la bañera para ella.
La toalla se mojó con el agua, flotando en la superficie.
Esther rapidamente agarró la toalla y la envolvió alrededor de su cuerpo, envolviéndose por completo, solo entonces sintió un poco de seguridad, ya no se sentia tan indefensa como antes.
Despues de envolverse, trató de levantarse de la bañera…
Pero antes de que pudiera levantarse, fue empujada hacia atrás por una mano grande.
Ella levantó la cabeza para mirarlo con descontento, “¿Por qué no me dejas salir?”