Capítulo 554
Esther asintió con determinación, “S Tu hermana solo está fingiendo desmayarse, no te preocupes, porque no puedes despertar a alguien que finge desmayarse. Sr. Ibarra, ¿podrías disculparte conmigo por tu hermana?”
Leonardo se quedó sin palabras.
Nunca antes alguien se había atrevido a exigirle tan abiertamente una disculpa.
En ese momento, el hombre que estaba fumando no muy lejos levantó ligeramente la comisura de su boca, entrecerró ligeramente los ojos, mirando a Esther que exigia disculpas frente a Leonardo con una mezcla de admiración y sarcasmo
Esta chica seguia siendo la misma de siempre.
No importa a dónde vaya, no importa a quién se enfrente, ella nunca se echa atrás, nunca tolera la injusticia y defiende firmemente el orden de su mundo interior.
¡Esta vez Leonardo ha encontrado a un rival!
Adrián Gómez soltó un aro de humo, cuanto más admiraba a esta chica, más incomodidad sentia en el pecho.
Porque recordaba que esta chica no le daba importancia, se fue sin decir palabra y hasta se casó con otra persona.
En ese momento, la sonrisa en los ojos de Pedro Cevedo al mirar a Esther se intensificó
Esther parecia una chica adorable, pero tenia un aire desafiante a la autoridad, incluso se atrevía a hacer que su propio jefe se disculpara con ella. ique determinación!
Leonardo guardó silencio durante mucho tiempo, al ver que Esther no estaba bromeando ni retrocediendo, puso cara seria y dijo friamente, “Lo siento, Srta. Galán, hoy hemos malinterpretado tus acciones, ¿estás satisfecha ahora?”
Esther sonrio, “Si, acepto tu disculpa. Y como compensación por malinterpretarme, te agradecería que Sr. Ibarra aprobara mi medio dia libre de esta tarde
Leonardo frunció el ceño, mirandola sin entender.
Ella explico “Porque este asunto me ha cansado, así que quiero ir a casa a descansar esta tarde. Estoy segura de que el Sr. Ibarra, siendo una persona tan razonable y comprensiva, lo aprobarȧ, ¿verdad?”
Nunca habia visto a una chica tan oportunista!
Leonardo gruño friamente, “Si quieres ir a casa a descansar, vete a casa. Si no quieres ir a la oficina, puedes no ir nunca.”
Esther sonrió profesionalmente. “No te preocupes, volveré a trabajar a tiempo mañana. Sr. Ibarra, hasta mañana!”
Leonardo miró fijamente a Esther durante un minuto, admirando su actitud digna y respetuosa, pero eso no significa que le gustara este tipo chica.
Luego, Leonardo pasó directamente junto a Esther y se marchó del restaurante con paso firme.
Se encogió de hombros, tampoco le importaba la actitud de Leonardo.
Sonrió y charló con el dueño del restaurante, “Señor, lo siento, le hemos causado problemas, inos iremos enseguida!”
“No, no. Aunque el dueño del restaurante no entendia la relación y los conflictos entre ellos, aun asi sonrió cortésmente y pronunció algunas palabras de cortesia.
Esther bebió mucha agua, decidió ir al baño una vez más. Al girar, notó que el hombre que había estado fumando a su lado ya no estaba, probablemente se había ido
Su compañera Patricia se habia desmayado, el debía estar preocupado y fue a cuidarla.
Con una sonrisa fría y sarcastica en sus labios, Esther caminó lentamente hacia el baño….
Después de salir del restaurante, Esther planeaba tomar un taxi a casa, pero fue interceptada por dos coches de lujo.
Uno era el coche que Adrián conducia con frecuencia, un coche de negocios de edición limitada.
El otro era el deportivo de Pedro, que parecía discreto, pero también era costoso.
Sin embargo, lo que atraía la atención de la gente no eran solo estos dos lujosos coches, sino sus dos propietarios…
Adrián, con las manos en los bolsillos del pantalón, se paró delante del coche con figura robusta y atractiva. Tenia una expresión seria y fría en el rostro. Al ver a la chica salir, le dijo friamente, “Sube al coche!”