Capítulo 422
Esther solo se limitó a observar a irene hacer berrinche, manteniendo su sonrisa a pesar de la situación
“Lo siento, pero hoy me voy a llevar mi regalo de boda, le guste o no a la familia Galán.”
La cara de Irene se quedó tiesa y luego frunció la ceja, bastante molesta Y tú qué derecho tienes para llevarte el regalo de boda!?”
Esther alzó una ceja, “¿Por qué no? Si no me equivoco, ese regalo me lo entregó mi esposo, ¿no? Entonces, ¿por qué no puedo llevármelo?”
La mención de ‘mi esposo solo enfureció más a irene
¡Sr. Gómez debería ser su hombrel Pero Esther tuvo que seducirlo
Cuanto más pensaba, más enfadada se ponia Irene señalando a Esther “Esther, estils hablando tonterias! Eso es mio, me lo dio la familia Gómez To sinverguenza, te llevaste a mi hombre y ahora quieres quitamme mis cosas! ¿Cómo se te ocurre? Esther, te lo advierto, no te excedas”
Irene ya había perdido al hombre de sus sueños, no podia perder también los valiosos regalos de bodal
Cada uno de los regalos de la familia Gómez valia una fortuna, cualquier pieza podia venderse por millones!
Irene ya no tenia trabajo en el mundo del espectáculo, y habia ofendido al director mais famoso. Su regreso era cada vez más dificil.
Así que ahora estaba esperando vivir una vida de lujo gracias a los regalos de la familia Gómez
¿Y Esther queria llevarse esas cosas valiosas?
¡Ni lo sueñes!
“Ire
quien ha venido? ¿Por qué estás discutiendo en la puerta?”
Eugenia Galan habia oido el ruido y salió a ver qué estaba pasando.
Irene miro a Eugenia con desprecio. Esther ha vuelto! ¿Y sabes por que ha vuelto hoy? ¿Tiene la cara de pedimos sus regalos de boda!”
Cuando Eugenia escuchó sobre los regalos de boda, inmediatamente se enfado.
Se acercó a Irene y miró a Esther que todavia estaba fuera de la puerta: “Esther ya te has llevado al hombre de Ire, no es suficiente? ¿Por qué vuelves a quitarle sus regalos de boda? Si tu padre supiera esto, nunca te lo perdonaria!”
Esther miró tranquilamente a su madrastra y respondió: “Vine a recuperar lo que es mio, y no tengo intención de pedir permiso a nadie. Lo que es mio es mio.
Eugenia no creia que Esther pudiera llevarse los regalos de boda sin el consentimiento de Juan Galán, asi que la miró con desden “Esther, no te culpo, pero ya eres muy codiciosa ¿Por qué quieres ambas cosas?”
¿Esther era codiciosa?
¡Eso no se comparaba a la codicia de madre e hija!
Esther sonno ligeramente “Tia Eugenia, desde que era pequeña, nunca he deseado las cosas de los demás. Pero tampoco me gusta que me quiten lo que es mio El regalo de bodas me lo dio mi esposo, y como su esposa, tengo derecho a reclamarlo”