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Capitulo 409
Adrián volvió en si, sacudió las cenizas del cigarro y dijo, “La ropa es de la secretaria de Pedro“.
“¿Y cómo acabaste trayéndola tu?”
“Cruzamos en la puerta, me pidió que te la trajera.” Adrián omitió lo que habla ocurrido fuera de la habitación.
“¡Ah! ¡Ya veo!”
Esther frotó con fuerza su cabello húmedo, se dirigió al otro lado de la cama para agarrar su teléfono, queria revisar si tenia mensajes sin leer
“¡Ven aqui!”
Adrián apagó el cigarro que tenia en la mano, y le hizo un gesto con la mano
Esther mostró repulsión, estaba molesta y no queria acercarse al señor Perfecto
Pero tampoco le gustaban los enfrentamientos frios, pensó un momento, dejó el teléfono y se acercó, “¿Me necesitas para algo?”
Adnan le dio palmaditas a su muslo, “Ven!”
Esther no hablo
¿El señor Perfecto quiere que se siente en su regazo?
¡No, que incómodol
De hecho, se acerco, pero no tenia intenciones de sentarse en su regazo, simplemente quería pasar por su lado y sentarse en el otro extremo del sofá….
Adrian, como si ya hubiese previsto sus intenciones, fácilmente atrajo a Esther hacia el, situándola en su regazo
Esther frunció el ceño, se veia disgustada, le empujó, intentando liberarse.
Adnan la apreso por la cintura, no le dio la oportunidad de escapar, “¿Por qué te escondes? No voy a comerte”
“¡Quien sabe!” Esther le fulminó con la mirada.
Adnan solo encontró su actitud coqueta muy adorable, su agarre se suavizó, la atrajo hacia él, acarició su cabello que aún estaba húmedo, “Ya, no peleemos. ¿Por que no me esperaste y entraste sola?”
Esther respondió molesta Porque tenia frio, por eso entre! ¡Si hubiera esperado por ti, ya estaria resfnada!”
Adnan la miró con cariño, la envolvió en su abrazo, “Lo siento, ¿estás enojada conmigo?*
Esther frunció el ceño, sin evadir: “Si, lo estoy‘ ¡Estoy enfadada!”
A Adrián le gustaba eso de ella, que expresara sus emociones en lugar de reprimirse. De lo contrario, tendria que adivinar, y temia malinterpretar los pensamientos. de la chica y causar malentendidos. “Es porque no entré contigo?”
“No es eso
“Entonces dime, ¿qué hice mal? ¿Por qué estás enfadada?
Esther no anduvo con rodeos, le miró con desaprobación: “Estoy enfadada porque me preguntaste ¿qué pasó? ¿Señor Perfecto, acaso dudas de que yo podna causarle daño a la persona que te salvó la vida? ¿En tus ojos, soy tan mala persona?”
Adnan apretó su mejilla. “No digas tonterías! Eres mi esposa, ¿cómo podria dudar de ti? En ese momento, alguien te estaba acusando, y yo no estaba alli antes, ho sabia lo que habia pasado, asi que queria preguntarte la verdad para poder negociar con la otra persona.”
Esther parecia convencida por su explicación, pero aún no estaba del todo satisfecha.
Adrián la consoló de nuevo “En esa situación, si no te pregunto a ti, a quien deberia preguntar? ¿Debería creer lo que otros dicen en lugar de escucharte a ti?”
Esther hizo un mohin, su tono, que al principio era de descontento, se suavizó un poco, “Siempre tienes una respuesta para todo!”