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Capítulo 398
Adrián Gómez asintió a la persona del piso de arriba y luego subió las escaleras con Esther Galán.
Pero Esther se quedó en su lugar, negando con la cabeza, “Sr. Gómez, prefiero esperar aquí por mis alitas de pollo, no subiré contigo“.
Adrian no la obligó, “Está bien, entonces quédate aqui y disfruta, subiré a echar un vistazo y luego volveré a buscarte“.
Esther hizo una señal de OK con la mano, bastante satisfecha, mordió un poco de la carne asada que Adrián le había dado, saboreándola deliciosamente.
Después de que Adrián entrara a la villa, Gerald le dio a Esther un par de alitas de pollo bien asadas, riendo a carcajadas, “¡Es increible, Esther, lograste domesticar a alguien tan dificil como Adrián“”
*Tú también eres muy gracioso! Celebras tu cumpleaños invitando a un montón de gente a tu casa, y aún tienes que hacer la barbacoa tú mismo, ¿no te cansas?” Esther sonnó.
Gerald se quedó atónito por un momento, mirando a Esther con admiración, “Esther, todos solo se preocupan por si mi barbacoa sabe bien, solo tú te preocupas por si me canso al hacerla ¡Estoy muy conmovido!”
Dicho esto, dejó la barbacoa, camino hacia Esther para darle un abrazo
Pero Esther esquivo rápidamente el abrazo demasiado entusiasta de Gerald…
Gerald no se sintió incómodo, de hecho, se rio aún más, “Tienes razón! Estos chicos solo se preocupan por comer y beber, no se preocupan por mi, el protagonista del cumpleaños. ¡Esther, eres la mejor! Cuida el fuego por mi, asegúrate de que las alitas no se quemen, volveré enseguida, voy all baño”
Esther no habló
Gerald queria dejarle esta tarea!
Sin embargo, Esther accedió, de todos modos, no quería entrar y hablar con los extraños, asi que se acercó a la parrilla, volteó las alitas, y luego les pinceló una capa de salsa…
Pensaba que, si todos solo se preocupaban por hablar y no venian a comer la barbacoa, entonces las alitas serían todas suyas.
¡Esperaba que todos estuvieran adentro charlando animadamente, y que no salieran a robar sus alitas!
“Oye, Esther!”
Justo cuando estaba preocupada de que alguien viniera a robar sus alitas, jalguien llegó!
Esther levantó la cabeza de la parrilla y vio a Brayan Ibarra.
Brayan estaba muy seno, con una actitud arrogante.
Siempre tenia esa expresión cada vez que la veia, ¡como si le debiera dinero!
“Eres tú! ¿Terminaste la tarea de hoy y saliste a jugar?”
Brayan siempre sentia que la forma en que Esther le hablaba era como si fuera un niño, frunció el ceño con disgusto, “Ya la terminé hace tiempo!”
“Bien, entonces ve a jugar” Esther dejó de prestarle atención a Brayan y se concentró en asar sus alitas favoritas.
Pero Brayan no se fue, se quedo parado frente a la parrilla, mirando a Esther. Abrió la boca y luego la cerro, dudó un momento antes de hablar
“Esther, sobre lo que pasó la última vez, quiero disculparme en nombre de Leo. Es un buen tipo, pero se pone muy nervioso cada vez que alguien menciona a Perla Ibarra, la que desapareció
Esther mordió una alita de pollo, “¿Es asi?”
La expresión de Brayan se volvió un poco incómoda, “Esther, no estarás enfadada conmigo, ¿verdad?”
“Eh? ¿Por qué deberia estar enfadada contigo?”