Capítulo 378
El auto regresó rápido a la casa de los Gómez.
Esther estuvo liada toda la tarde con Brayan y se sentía bastante agotada. Ahora, después de haber comido y bebido, solo quería volver a su habitación, ducharse y acostarse lo más pronto posible.
Adrián la siguió de cerca subiendo las escaleras, y justo cuando la mano de Esther estaba a punto de abrir la puerta, él, como si lo hubiera anticipado, extendió su mano desde atrás, poniéndola sobre la de ella en la manija de la puerta….
Esther dejó de girar la manija de la puerta de inmediato, “Sr. Gómez, ¿qué está haciendo?”
Adrián se inclino hacia su oido, “Quiero…”
Adrián se acercó aún más, y Esther instintivamente se encogió, mirándolo con cautela, “… ¿qué quieres hacer?”
Adrián se acercó de nuevo a su oído: “¡Quiero entrar!”
Esther se ruborizó sin motivo, la palabra ‘entrar, dicha por el Sr. Gómez con un tono muy ambiguo, incitaba mucho a la imaginación….
Su corazón latia rápidamente, “Sr. Gómez, si no tienes paciencia, me será dificil creer que tienes sentimientos sinceros por mi.”
Adrián retiró su mano, se enderezó, “Tengo toda la paciencia del mundo, esperare hasta que me invites a entrar. Ahora descansa.”
Cuando Esther se viro, Adrián ya se estaba yendo hacia su estudio…
“¡Espera, Sr. Gómez, olvidé decirte algo!”
Esther lo llamó de nuevo.
Adrián se detuvo, se volvió hacia ella, “Dime.”
Esther hizo un gesto, como pidiéndole que se inclinara un poco debido a su altura, parecia que tenía un secreto que contarle
Se inclino para escuchar.
Ella se puso de puntillas y le plantó un beso suave en la mejilla, susurrándole al oído: “Sr. Gómez, gracias por traerme el paraguas hoy. Es la primera vez que alguien hace eso por mi, estoy muy agradecida, buenas noches.”
Un beso suave, un ‘buenas noches‘, hicieron que el corazón de Adrián se derritiera.
¡Pero cuanto más dulces eran las palabras de Esther, más rápido cerraba la puerta!
¡Con un fuerte golpe, Esther ya había cerrado la puerta de su habitación con llave, sofocandole los sentimientos a Adrián!
Mirando la puerta cerrada, Adrián se tocó el lugar en la mejilla donde Esther lo había besado, el suave calor de su beso aún parecia impregnado en su mejilla…
Sonrió ligeramente y se dirigió a su estudio.
Después de ducharse, Esther encendió su computadora, inició sesión en su correo electrónico de la empresa para ver si habia recibido algún correo de Sr. Gómez sobre sus bocetos.
Efectivamente, había un correo electrónico sin leer, ella inmediatamente lo abrió, era una respuesta de Adrian.
El contenido era claro y conciso.
[El diseño está bueno, pero no es lo que esperaba.]
Al leer esto, Esther frunció el ceño
Ciertamente, cada cliente tiene sus propias necesidades únicas, inicialmente quieren que el diseñador tenga libertad creativa, pero cuando el diseñador finalmente crea algo según su propia visión, el cliente expresa insatisfacción y no proporciona sugerencias especificas para cambiar el diseño, ¡qué dolor de cabeza!
Esther reflexionó un momento, luego respondió al correo: “Sr. Gómez, lamento mucho no haber cumplido con sus expectativas. ¿Podria describirme qué es exactamente lo que busca? ¡Gracias por su cooperación!”
Después de enviar el correo, Esther fue a secarse el pelo. Cuando volvió, ya había recibido una respuesta.
Este correo tenía más contenido: