Capítulo 241
Esther tenía muy claro en su corazón, que el Señor Perfecto definitivamente estaba trabajando por Patricia.
Fue por Patricia que él decidió observar por un momento, en vez de retirar inmediatamente su inversión de la familia Jurado.
Eso tenía sentido, estaba dentro de sus expectativas.
Esther pensó un poco y le dijo a Pablo: “Está bien, iré contigo, pero necesito un momento”
¿Un momento? Pablo estaba un poco confundido, “¿Qué esperas?”
Esther respondió con calma: “Quiero tener una conversación con la Srta. Jurado
Pablo estaba aún más confundido, sintiendo que algo no estaba bien. Antes de que pudiera preguntar más, Esther ya se dirigía hacia Jacinta, que estaba acostada en la cama…
Apenas se acercó Esther, Brayan se levantó y se puso delante de ella, no le permitia acercarse a Jacinta. Él preguntó: “¿Qué quieres hacerle?”
Esther dijo con calma, “Aunque no puedo decir que fui completamente responsable de la calda de la Srta. Jurado, ciertamente tengo parte de la culpa. No quise ayudarla a volar la cometa, lo que resultó en su caida y lesión. Por lo tanto, deberia asumir la responsabilidad.”
Al escuchar que Esther venia a admitir su error, Brayan se relajó un poco Dijo: En realidad, no tienes que culparte, sé que esto no tiene mucho que ver contigo.
De hecho, él se habia dado cuenta en ese momento. Cuando Jacinta cayó, Esther y Josefina estaban volando cometas a lo lejos, esto no tenía nada que ver con ellas.
Y si, Jacinta le habia hecho algunas cosas malas a Esther, por lo que era comprensible que Esther no quisiera ayudarla a volar la cometa
Sin embargo, Jacinta, al escuchar a Brayan decir esto, se burló de él en su interior.
Ella sabia que las acciones de Esther no eran tan simples, habia otros motivos.
Asi que, Jacinta fingió sentir gran dolor y dijo: “Esther, no es necesario, no necesito que te hagas responsable. Si no querías ayudarme a volar la cometa, estabas en todo tu derecho, no te culparé. Sólo puedo culpar a mi mala suerte
Esther logró pasar por Brayan y se acercó a la cama para ver a Jacinta en su estado de dolor y dijo con determinación: “No, debo asumir la responsabilidad.”
Jacinta frunció el ceño, mirando a Esther con precaución, fingiendo estar resignada, Yo ya dije que no necesito que te hagas responsable, ¿por que sigues aqui? Esther, ¿qué necesitas para dejarme en paz?”
Esther parecia muy sincera, sonriendo dijo: “Srta. Jurado, no te pongas nerviosa, sólo quiero compensarte, aceptarías mi compensación?”
La mirada de Jacinta estaba llena de desagrado, pero en su cara fingia una expresión de tristeza y desesperación, dijo:
“¿Compensación? ¿Cómo puedes compensar ahora? ¿Puedes hacer que mi pie vuelva a ser como antes? Si no puedes, ninguna compensación tendria sentido para mi. ¡Déjalo!”
“Puedo.”
Esther dijo lo dijo con simpleza, todas las miradas en la sala se centraron en ella.
Todos estaban sorprendidos, interesados, pero también dudosos y con ganas de reir.
¿Ella dijo si podia?
El médico del establo también miró a Esther con una expresión de confusión.
Jacinta, al escuchar esto, parecia como si había escuchado un chiste que no era nada gracioso, se sentia como si estuviera siendo burlada, y lloro con gran angustia ¡El médico dijo que mis ligamentos están rotos, incluso despues de la cirugía no podrán volver a ser como antes! Esther, dices que puedes hacer que mi pie vuelva a ser como antes, cómo puedes tú hacer que mi pie vuelva a ser como antes? Me parece que solo estás echando sal en mis hendas!”