Capítulo 209
Sin embargo, “Señor Perfecto” ya la habia visto, así que ella no tenía otra opción más que acercarse a él. De lo contrario, no podría explicar el motivo por el cual no había ido antes. Esther suspiró y se acercó, “Señor Perfecto, ya volvi.”
Adrian sostenia una taza de café en sus manos, tomó un sorbo sin levantar la vista y la miró de reojo, “¿Qué te dijo él?”
Esther movió la cabeza con desgano, “No dijo nada que valga la pena, es demasiado ingenuo, sus palabras no tienen valor.”
Adrián sintió una repentina incomodidad, recordando que ella le había prometido revelar todo lo que Brayan le había dicho cuando regresara. ¿Acaso ella lo habia engañado todo ese tiempo?
Gerald esbozó una sonrisa mientras daba unas palmaditas en el asiento a su lado “Esther, siéntate, vamos a charlar juntos”
Esther le echó un vistazo a Gerald, no quería hablar con él, seguro que la harla sentir incómoda.
En ese momento. Josefina corrió desde lejos, “Esther! Te llevare a elegir un caballo, podemos aprovechar que está fresco para hacer una carrera, luego el sol del mediodía será muy fuerte, hará mucho calo
Esther miró a Josefina, luego volteó a ver a Adrián, consultándole de manera muy honesta, preguntó: “Señor Perfecto, ¿puedo ir?”
Aunque no siempre obedecia a Adrián, ella había venido aqui con él, y aunque el objetivo principal era fingir ser una pareja, también debía respetar su opinión sobre el guion.
Él la dejó ir, solo asi ella podria alejarse de su lado… Adrian aún se sentia molesto porque ella no le habia contado lo que Brayan le había dicho, pero al escuchar que ella buscaba su permiso, se alegró de inmediato.
La miró con adoración y asintió ligeramente, “Ve a divertirte.”
“¡Gracias, Señor Perfecto!”
Después de sonreir, Esther se dio la vuelta y siguió a Josefina hasta el corral…
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Adrián, con los labios apretados alrededor de su taza de café, observó a Esther mientras su mirada seguia su figura que se alejaba Gerald, viendo a Adrian, bromeó: “Adri, te noto más dulce últimamente. ¿Qué pasó? ¿Acaso el encanto de Esther te ha cautivado?” Adrián lo miró de reojo. “¿Tienes algun problema?”
Gerald se encogió de hombros, “Ninguno, solo me da curiosidad qué tiene Esther para que te guste tanto.
Adrian se mantuvo serio, pero respondió friamente a Gerald: “Seria mejor que no te metas con la mujer de otro.”
Johan intervino: “El simplemente necesita a una mujer que lo controle!”
Gerald cruzó las piernas, “Johan, no me maldigas aquí. No porque a ti te haya controlado una mujer, quiere decir que yo deba soportar lo mismo.”
Johan amenazó, “¿Estás buscando problemas?”
Pedro se levantó riendo: “Vamos, dejemos de estar aqui sentados, vamos todos a montar. ¿Quieren hacer una competencia?”
Gerald se recostó en la silla con desgana, “Pedro, ustedes vayan, hace demasiado calor
Pedro sonrió resignado, “Gerald, fuiste tú quien nos convocó aqui, ¿y ahora no participarás en nuestras actividades?”
Johan respondió fríamente. “Déjenlo“”
Gerald replicó inmediatamente: “Johan, cómo puedes tratarme asi?”
En el corral.
Entre los cientos de caballos en el campo, Esther eligió un caballo blanco con una mancha negra en la frente.
Se acerco para llevarse al caballo blanco cuando escuchó a alguien decir:
“No podrás controlar a ese caballo, mejor elige otro ahora que puedes”
Era la voz de Jacinta