Capítulo 183
Eugenia se burló: “¡No intentes amenazarme con tu padre! ¿Y qué si Ire es hija mia y de otro hombre? ¿Piensas que tu padre te creeria sin pruebas? ¿Sabes cuánto nos ama tu padre? ¡Él cree todo lo que decimos‘ Incluso si se enoja, solo necesitamos calmarlo un poco y todo estará bien“.
“Oh, ¿de verdad?” Esther sonrió y se dio la vuelta para llamar a la puerta, “Papá escuchaste eso? Eugenia admite que ha tenido una aventura!” Eugenia e Irene se quedaron atónitas, mirando con horror hacia la puerta….
La puerta de la casa fue violentamente pateada y Juan entró furioso, regañando en voz alta, “Eugenia, eres una persona despreciable!” Irene vio la escena y corrió de inmediato para tratar de calmar a su padre, “Papa, no te enojes! Lo que mamá acaba de decir no es cierto…” Pero Juan empujó fuertemente a Irene al suelo y la regañó con repugnancia, Alejate de mil Ni siquiera estoy seguro de si eres mi hijal
Irene se asusto, “Papa, yo…”
Juan la ignoro por completo y se dirigió directamente hacia Eugenia, le dio una fuerte bofetada “Eres una mujer despreciable! Te he dado de comer, de beber y te he dado dinero, ¡y aun asi tienes una aventura con otro hombre
Eugenia cayó al suelo en un estado desastroso, negando con la cabeza mientras lloraba, “No… no es cierto… Juan, yo nunca te traicioné, de verdad ¡Esther, esa niña me enfureció tanto que no estaba pensando claramente!”
Juan ya no le creia, “¿No eras amante de ese David?
Eugenia evadió su mirada por un momento, sabiendo que a estas alturas, negarlo no tendria ningún efecto.
Así que, mostró una cara de profunda angustia, admitiendo con lágrimas en los ojos:
“Si! Juan, admito, si tuve un pasado con David, pero eso fue antes de conocerte Ahora él y yo no tenemos nada que ver!”
“¿No tienes nada que ver con él? ¿Entonces por qué él reconoció a Ire como su hija? Creo que Ire es hija tuya y de éll”
“No! Juan, Ire es tu hija. Si no me crees, podemos hacer una prueba de paternidad en el hospital. No escuches a Esther, ella está celosa y está tratando de separarnos! Juan, si no me crees, preferiria morir!”
Apenas termino de hablar, Eugenia se levantó y corrió hacia la pared de la habitación, golpeándola con la cabeza. Luego cayó al suelo…
Juan se asustó y corrió a ayudarla, “Eugenia, tú…
Eugenia tenía una pequeña herida en la cabeza, débilmente dijo, “Juan, debes creerme. No te he traicionado, Irene realmente es tu hija…
Al ver que ella estaba lista para jugarse la vida para probar su inocencia, a Juan le tembló un poco el corazón. “Eugenia, ¿te animas a hacerte la prueba de ADN con Irene y conmigo?”