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við 1098
Capítulo 1098
Mientras hablaba levantó la mano, cayendo suavemente sobre la cabeza de Esther, acariciandola con mimo.
Adriana quedo sin palabras, pero se negaba a aceptar, levantó la ropa sucia que había encontrado debajo de la cama, “Sr. Gomez, ya no puedes seguir siendo engañado por Esther Ella te traiciono, estas ropas son la prueba que encontré debajo de la cama! ¡Las escondio, seguramente por
miedo a que las descubrieras!”
La mirada indiferente de Adrian baro las pocas ropas que solo se usaban en privado, las arrebató y dijo con voz indiferente: “Esas son las que le
quite anoche¿Hay algun problema con los asuntos intimos entre nosotros, que somos esposos?”
Esther se cubro la cara con las manos, su boca temblaba, se sentia muy avergonzada
¿Por que todos los hombres son tan desvergonzados, se atreven a deor cualquier cosal
Pedro entrecerro ligeramente los ojos, la luz en sus profundos ojos se volvió gradualmente opaca.
La mujer se puso roja de verguenza, “Ah. Es así?”
Adrian respondió friamente, “¿Qué más podria ser?”
Adriana sintió la poderosa presión que emanaba de Adrian, su emoción cambió de excitación a nervios y miedo, “Lo siento, Sr. Gómez, no sabia que usted también estaba aqui, ¡me equivoqué!”
El no mostró ninguna emoción, ni tenia la intención de seguir cuestionando, dijo friamente, “Sall”
Adriana asintió y se apresuro a salir
Max, vámonas
Antes de que Adriana se fuera, no olvidó llevarse a Max, que habia estado observando a su lado sin entender la situación.
“Espera
La vor fria del hombre volvió a sonar
Adriana se detuvo y miró temerosa. “Sr. Gómez, ¿hay algo más que necesite? ¿Debería llevar al niño a comer!”
Dijo firmemente. “Deja al niño aqui y vete”
Adriana se quedó atónita, miró a Max, que estaba abrazado a ella, no queria soltarlo
“Sr Gómez, el niño es pequeño, déjame llevarlo a comer, no le permitas molestarte aqui”
Adrián no mostró ninguna emoción y dijo “Sra Ibarra, olvidaste que soy su tutor legal?”
“Eh
Adriana no tuvo mas remedio que soltar provisionalmente a Max, le recordó al niño que debía comportarse y no hacer travesuras, luego se fue a regañadientes
Max obtuvo libertad, con sus ojos brillantes se acercó a Adrián, a quien no había visto en mucho tiempo, levantó la cabeza, mirándolo con
admiración, “Papa
Adrian se agacho y acarició su cabeza.
La relación de Adnan con ese niño en realidad no era cercana
Cuando adoptó a Max, la mayor parte del tiempo era Patricia quien lo cuidaba, solo cuando la chica encontraba una excusa para llamarlo, él pasaría tiempo con el niño
“Adr. cuando volviste?”
La voz relajada de Pedro resonó en la habitación.
Ellevantó la vista hacia ese amigo de muchos años, sin mostrar ninguna emoción, “Esta madrugada.”
Pedro sonno y dijo “Ya veo! Sigues siendo igual que antes, no nos avisas cuando te vas, ni cuando vuelves, asi podríamos despedirte y darte la bienvenida, hombre