Capítulo 1056
“Gracias.” Jimena sonrió levemente, levantó suavemente su barbilla y miró el rostro del joven chico, “¿Eres ese niño? ¿Siempre te sonrojas tan fácil? ¡Qué lindo!”
Brayan, de repente levantado por la barbilla, se puso rojo, rápidamente apartó su mano, “¿Qué estás haciendo?”
Jimena sonrió suavemente, tomó sus gafas doradas de su mano, las puso y se sentó, “¿Qué pasa? ¿Me equivoqué? ¿No eres un niño? ¿Por qué te sonrojas?”
Brayan se sintió avergonzado y humillado, “¿Por qué hablas tan directo? ¿No sabes tener vergüenza?”
Jimena se rio suavemente y dijo, “He vivido tantas cosas, ¿qué más podria avergonzarme? Si no quieres que te moleste, ¡quédate lejos de mi!”
Brayan frunció el ceño y miró sin entender lo que estaba haciendo, se quedó sin palabras.
Nunca había visto a una mujer tan directa, parecía muy despreocupada, pero a la vez dificil de acercarse….
Finalmente, Brayan dijo. “¡Qué directa eres!”
Jimena volvió a reir, “Es la primera vez que un hombre me describe asi, jes interesante!”
Brayan no dijo nada.
Esa mujer no solo era directa, sino que tampoco tenía vergüenza. ¡Qué descarada!
¡No puedo aguantar a esa mujer!
De repente, alguien golpeó la puerta.
Jimena y Brayan se giraron para mirar, un hombre empujó ligeramente la puerta, preguntó cortesmente, “¿Puedo entrar?”
Brayan reconoció al hombre de inmediato, sorprendido, fue a abrirle la puerta, “Pedro Cevedo, ¿cómo llegaste aquí?”
Pedro, con una sonrisa suave en su rostro, seguia siendo tan cortes como siempre, “Escuché lo que pasó estos dias, vine al hospital a visitar a Marisol Gómez, y también vine a ver a Esther Brayan, ¿cómo es que estás aquí?. ¿dónde está tu hermano?“, dijo entusiasmado.
Brayan se sintió un poco incómodo y dijo, “Oh… mi hermano me mandó a cuidar a Esther. Se ha lastimado el pie y no puede venir
a visitarla.”
Pedro sonrió, “Ya veo.”
Entró, vio a Esther durmiendo en la cama del hospital y sus ojos mostraron una pizca de decepción.
Luego notó a otra persona en la habitación y se volteó para mirar a Jimena.
Jimena conocia a Pedro, hablan trabajado juntos unas cuantas veces con Cevedo CO., pero no eran intimos.
Jimena ajustó sus gafas y asintió a Pedro, como un saludo.
Pedro se quedo de pie junto a la cama un rato, pero Esther en la cama no parecía que fuera a despertarse pronto….
“Parece que vine en un mal momento, ¿ella necesita dormir un poco más?”
Jimena se levantó y se acercó, “Si, está bien, solo está durmiendo. Cuando se despierte, le diré que viniste. No te retendré más
ahora.”
Pedro sonrió con un significado profundo, “No esperaba que la Sra Farias conociera a Esther, ¿parece que son bastante intimas? Jimena sonrió con toda la tranquilidad del mundo y dijo, “Si, somos buenas amigas desde hace años.”
Pedro entrecerró los ojos con una actitud pensativa, luego dijo como si entendiera, “Ya veo! Entonces me iré primero, volveré
_otro día.”
Jimena asintió, “Sr. Cevedo, cuidate.”