Capítulo 1028
Patricia ya no podia sentir el amor de su hermano. Con las manos temblorosas, agarro con todas sus fuerzas el pantalón de Leonardo…
“Leonardo, yo no soy asi… Todo lo que dije antes, fue por la maldita de Esther quien me hizo decir… Este es el resultado que ella queria ver, incluso después de muerta no me deja en paz! Tiene que verme abandonada para estar satisfecha! Leo, no puedes caer en su trampa…”
Leonardo la miraba desde lo alto, arrugo la frente con disgusto. Levantó la piema, liberándose del agarre de Patricia, y se alejó unos pasos, manteniendo distancia con su decepcionante hermana
Patricia, sin importar su desdicha, intentó arrastrarse nuevamente hacia él, buscando un poco de ese amor fraternal.
“¡Pati, deja de ser tan terca en estos momentos!”
Patricia estaba arrastrándose hacia su hermano cuando escuchó la voz de su abuela. Se detuvo, se quedó en shock, y miró hacia la fuente del sonido. Sus ojos se abrieron de par en par y su cuerpo tembló!
Vio a Esther ayudando a Brenda Ibarra a entrar lentamente, y a su lado, Gustavo estaba siendo asistido por su viejo sirviente….
¿Esther?
¿Cómo puede ser que Esther esté viva?!
Patricia se dio cuenta de algo, y rápidamente volvió su cabeza hacia el cuerpo irreconocible de Esther‘…
El cuerpo seguía en la mesa de autopsia, no había desaparecido.
Y el lugar donde el espiritu de Esther habló con ella al principio, ya no había ningún espiritu‘ de Esther, solo Verónica estaba de pie alli, cruzándose de brazos y con un rostro de enojo.
¿Cómo es que Esther está ayudando a la abuela a entrar? ¿No estaba muerta?
Patricia estaba segura, cuando lanzó su teléfono contra Esther, este habia atravesado su cuerpo…
¿Qué diablos está pasando?!
¡No era coincidencia que todos hayan escuchado lo que acababa de decir!
¡Fue Esther! Ella no está muerta?!
Mientras Patricia repasaba todo lo que habia sucedido, Gustavo y Brenda ya estaban frente a ella.
Brenda suspiro con decepción, “Pati, todo lo que le dijiste a Esther, tu abuelo y yo lo escuchamos claramente desde afuera. No busques más excusas.
Durante todos estos años, te cuidamos mucho, era cierto que, porque te pareces a Perla, pero tú y Perla son de nuestra sangre, la familia Ibarra. ¿Cómo podriamos no tener sentimientos por ti y considerarte solo una sustituta?
En particular, tu hermano, sabes muy bien cómo te habia cuidado y protegido durante todos estos años, ¿cómo puedes hablar así de el?
Además, ¿consideras correcto tratar a los demás con cálculos e intereses? ¿Esta es la visión de valores que te inculco tu madre?”
Patricia movió la cabeza con dificultad, su voz temblaba, “Abuela, yo no. No es asi..”
Gustavo gruño. “Deja de esperar que ella cambie! Esta niña se parece cada vez más a su calculadora madre, hará lo que sea para lograr sus metas, ni siquiera sabe lo que era el arrepentimiento!”