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Capítulo 128
¡Todos guardaron silencio!
Todos: …
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Todos se miraron perplejos entre sí.
El viejo director frunció el ceño. “Eh? Mis palabras ya no funcionan, ¿verdad?”
Todos: “…”
Dos segundos después.
¡Todos los hombres en el lugar fueron ordenados y apagaron sus cigarrillos al unisono!
Helena parpadeó.
Bajo la mirada de todos, el viejo director se acercó con un bastón.
Sin embargo, luego de lo que pasó hace un momento.
Helena ya no podia mirar directamente al virtuoso y recto director.
El viejo director finalmente se detuvo frente a ellos dos y dijo amablemente: “Hagan lo que quieran. Si hay alguna falta de hospitalidad, háganmelo saber“.
Javier asintió levemente.
El antiguo director sonrió amablemente a Helena y dijo: “Helena es una estudiante ejemplar, buena y diligente, ha sido una suerte para ella haberlo encontrado, señor.
Javier frunció los labios y dijo con voz clara: “No, la suerte es mía por haberla podido conocer“.
Miró de reojo a la tranquila niña.
Nadie sabia…
Se habia preparado durante tantos años para el encuentro en las afueras del Castillo Sofia.
Helena lo miró con una leve sonrisa.
Que hombre con gracia y dulce charla.
Qué hermoso rostro, qué comportamiento tan caballeroso.
Quizás ninguna mujer en este mundo podria resistirse a él.
El viejo director se rió entre dientes y luego siguió conversando con ellos, discutiendo temas sobre la reunión e invitandolo a pasear en otras oportunidades para charlar por la escuela.
Javier rechazaba sus invitaciones una por una
Las otras personas en el auditorio también reanudaron su conversación y de vez en cuando miraban.
Helena encontró una excusa y fue al baño.
El antiguo director miró su espalda y dijo con voz vieja: “¿Cómo se conocieron Su Excelencia y Helena? Su Excelencia…. irealmente siente algo por Helena?”
Capitulo 128
El antiguo director había visto crecer a Su Excelencia.
Nunca habia imaginado que una persona como Javier amaria a una chica como Helena.
¿Cómo debería decirlo?
Sintió que lo que
le gustaba a Su Excelencia definitivamente era una mujer fuerte como él, ambiciosa y hermosa.
Helena era demasiado gentil, aunque a veces era dura, no era agresiva.
Tampoco esperaba que los dos se cruzaran.
No.
Se habian cruzado.
En su memoria, como profesor, Su Excelencia habia acudido varias veces a la Facultad de Arte de la Universidad Imperial para impartir conferencias.
Espera un minuto…
Helena parecia venir del departamento de arte…
El viejo director pareció entender algo y miró incredulo el rostro de Javier, “anteriormente, viniste al departamento de arte para dar una conferencia, ¿podria ser para…?”
-Director Laredo, por favor mantenga esto en secreto, Javier sonrio.
¡El viejo director se sorprendió!
Siempre habia creido que Su Excelencia había venido a la Universidad Imperial a dar una conferencia para presenciar los futuros pilares de la nación.
No esperaba…
¡No esperaba…!
En realidad fue para…
Para ver a Elena!!
Los ojos de Javier eran profundos e insondables.
En los cuatro años que ella habia estado en la universidad, él se había tomado el tiempo de ir alli tres veces.
La primera vez.
Se sentó en la penúltima fila de la sala de conferencias con capacidad para casi mil personas. Entre la gran multitud, no podía ver su rostro en absoluto.
Sólo podía mirarla cuando bajaba a interactuar con sus compañeros.
Pero ella no lo miró.
La niña bajo la cabeza y su mirada se posó en el libro que tenia delante, llevaba un par de gafas sin montura en la cara y su comportamiento era tranquilo y sereno, se portaba muy bien y su presencia olía a libros.
La segunda vez.
Después de terminar de pasar lista, el monitor de la Clase I le dijo que ella se habia tomado un dia libre debido a una enfermedad. Luego se dirigió a la enfermeria de la escuela y preguntó por el número de su habitación antes de dirigirse
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directamente a la puerta
Se paró en la puerta, reflexionando sobre qué decir una vez que entrara.
“Lo siento, fui a la puerta equivocada“.
“Por cierto, ¿qué te pasa? Iré a decirselo al médico de la escuela“.
“Disculpe, ¿tiene alguna idea de dónde está el baño?”
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