Capítulo 121
Helena miró hacia abajo.
Afortunadamente.
Javier frunció ligeramente sus finos labios y buscó algo entre las cajas. Finalmente, encontró unas barritas antiluz.
Helena se encogio y dijo con voz temblorosa “Es No es necesario”
“No” El hombre la convenció en voz baja: “Se buena”
Javier empujó a la niña al sofá y se tambaleó para sentarse. Entonces su gran mano levantó la prenda sobre su pecho
Helena apretó los dientes y cerró los ojos.
Coincidentemente…
Maximiliano rozo la mesa y pasó por allí.
Desde su angulo, vio la cara entera de su señor enterrada en el pecho de la señora. La señora lo empujó, su rostro enrojec mas allá de las palabras.
La cara de Maximiliano se puso roja…
Rápidamente abandonó el lugar.
Después de que Javier habia pegado todos los puestos, llegó a comprobar si aún podia quitarse la ropa y asegurarse de que no pasaba nada antes de levantarse.
No se olvido de encender la punta de su nariz y elogio: “Si, mi bebé es tan hermosa“.
Las orejas de Helena estaban muy rojas.
“Rapido, vamos“.
Instó, temblando.
Javier la miró a la cara, su voz un poco ronca. Agarró su esbelta cintura y la presionó contra el sofà. “¿Que, no me crees?”
Helena lo empujó.
La sonrisa del hombre se profundizo. Su mirada pasó por sus labios y la beso. “Mi pequeña Helena es la nuna mas berinosa de este mundo”
Helena sintio que su corazón se ablandaba y su corazón temblabą.
Realmente sabia como complacerla
Palabras tan dulces.
Abrió la boca y ya estaba.
Junto con un rostro tan hermoso, no había chica en el mundo que no se conmoviera.
“Si no vamos ahora… Será demasiado tarde”
Una sonrisa de cariño se deslizo por la garganta de Javier Esta bien, hare lo que dices
O
Capitulo 121
Un coche estaba aparcado delante de la puerta.
Parecía haber estado esperando durante mucho tiempo.
El hombre le abrió la puerta en el asiento del pasajero como un caballero. Helena se montó en el coche y Javier arrancó el
motor…
Una hora de conducción.
Finalmente, el auto se detuvo en el estacionamiento de la Universidad Imperial.
Tan pronto como Javier estacionó el auto, sono su teléfono.
Cogió el teléfono y dijo algo al otro lado de la línea. Miró de soslayo a la niña y dijo: “Entra tú primero. Tengo algo que hacer. Estaré alli pronto“.
“SI“.
Helena salio del coche.
Tambien recibió un mensaje de texto de Salomé y llegó al primer piso del salón de banquetes para encontrarse con ella.
Salome observó su figura y chasqueó la lengua dos veces: “Tus piernas y cintura son suficientes para entreteher a tu esposol
Helena la reprendió.
-Salomé sabia que no podía soportar esas bromas. Ella se rió y cambió de tema. “Eh? ¿Dónde está tu marido? ¿Por que no ba
aparecido?“.
Tiene algo que hacer. Vendrá pronto“.
“¿Pero sabe dónde está el auditorio?“.
“Si” Helena comprendió de repente.
Salome:“.
Helena rapidamente sacó su teléfono y envió un mensaje de ubicación detallado a Javier. Entonces, le dijo a Salome: “Ya no hay problema. Vämonos“,
“Bueno”
Las dos tomaron el ascensor arriba.
La Academia Doble de Primera Clase de Nuevo Milenio, la Universidad Imperial, era famosa por sus amplios terrenos y sus abundantes talentos. La reunión se llevó a cabo en el auditorio del tercer piso de la Universidad Imperial.
El auditorio fue suficiente para acomodar a miles de personas.
Era comparable a una gran sala de banquetes del circulo de la clase alta.
Se dijo que todas las personas exitosas regresaron para participar en esta reunión.
Mientras las dos subian las escaleras, Salomé le dijo: “Queria recordarte que Olivia y Eduardo están aquí. Eduardo esta herido, pero no estoy seguro de lo que paso. Escuché que venías, asi que pense en acompañarte“.
Helena emitió un suave sonido de “si“.
Las dos llegaron a la entrada del auditorio.
Tan pronto como entraron por la puerta, vieron una escena animada en el interior:
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O
Había globos en las paredes, alfombras bermellón, largas mesas de comedor y un grupo de jóvenes en vestidos de noche y sosteniendo copas.
Especialmente…
Un grupo de personas corría a halagar a Olivia y Eduardo.
En el momento en que aparecieron Helena y Salomé,
Todos en el auditorio miraron.
“Silbido…”
“¿Ella realmente se atreve a venir?“.
“Ella es realmente bonita… ¡No me extraña que pueda gustarle tanto a un hombre!“.
Olivia abrió mucho los ojos. Ella no esperaba que vendría aquí)
Conocia muy bien a Helena. Era fria y extraña. De acuerdo con su carácter, ella no se preocuparia por los comentarios egg- grupo, y ella no discutiria con la reunión.
Olivia se sintió un poco inquieta.
Sin embargo
No parecia haber ese hombre a su alrededor…
¿Ese hombre no vino?
¿O podria ser que el dinero del hombre se había gastado y no podia mantenerla?
Esto hizo que la inquietud en el corazón de Olivia se disipara un poco.
Eduardo tenia la cara maquillada, y si se miraba de cerca, aún se podia ver que estaba herido.
En este momento.
Se quedó mirando su encantador rostro, con los ojos llenos de codicia.
Era tan hermosa como la recordaba.
Sin embargo, ahora le resultaba muy dificil verla.
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