Capitulo 98
Sollord Ainara asustada de que Natalia se enfadara, se fue rápidamente.
Natalia recogió sus cosas, cerró la puerta del estudio, camino hacia Ricardo y abrió la puerta del auto.
¿Cuánto tiempo llevas aquí?”
“Acabo de llegar.” Ricardo señaló el cinturón de seguridad: “Por favor, abráchate el cinturón”
“Gracias por venir a buscarme” Dijo dulcemente Natalia “Podriamos llevar a la abuela a cenar esta noche?”
Quenia aprovechar la visita de Graciela para llevarla aprobar algo rico
“A la abuela no le gusta comer afuera”
Nataha asumió que a la abuela no le gustaba socializar ni comer fuera.
No le gustaba Para ser más precisos, era una Prusa que la abuela habla encontrado para no sobrec “Hay un restaurante bastante bueno cerca, vamos a preguntarle a la abuela”
a Ricardo.
Allegar al apartamento, Graciela se alegro al escuchar que ban a salir a cena queria comer carne a la parla se cambio de ropa y se preparó para
Ricardo la mirófriamente diciendo: “Ahuela, no puedes comer cosas demasiado picantes”
Graciela reaccionó de forma teatral “Está bien, si no me dejas comer, no comer Vere a Naty comer mientras tengo hambre!”
“Abuela, pediré algo que no tenga picante para ti, puedes probarlo”
Natalia consold a Graciela ‘Firestaurante de asados de abajo es delicioso, vamos.”
Graciela miro a Ricardo con aire triunfante, sus ojos estaban llenas de jactancia
¿Lo via? Sunura la estaba protegiendo!
Ricardo siguió sin poder hacer nada.
El restaurante no era grande, pero estaba muy limpio y tenia un negocio
Escoger una mesita.
Facardo obviamente no estaba acostumbrado a ese tipo de lugares y funció el ceno.
Limpidla silla y la mesa con una servilleta, tratando de adaptarse al entomo: “No pidas mucha comida
No estaba interesado en la came a la parla
Después de escuchar, Natalia pidió lo que le gustaba y también pidió un pequeño postre para Graciela
Cuando trajeron todos los platos, Natalia asó primero camarones para Graciela y los puso todos en su plato
“Abuela, los camarones de aqui son muy frescos, come mas”
Natalia vio que Ricardo no parecia querer comet hirvió un pedaro de came, lo cogió con un tenedor y un cuchillo y lo puso en su plato diciendo: “Prueba” Ricardo la mind friamente, recharando la carne cubierta de chile: Está muy picante.”
En ese momento Natalia recordó que no podia comer picante.
Recogio la carne, la volinó a cubrir de chile y empezó a comer con grandes bocadas.
Ricardo estaba un poco sorprendido, ¿podia comer tanto pizante?
“Puedes probar los camarones, están muy buenos” Natalia recomendó entusiasmada,
Ricardo no habla cenado y al verla tan satisfecha, tambien probó un poco de sopa.
Estaba mucho mejor de lo que habla imaginado, al menos el sabor era normal
*Sollamos venir a este réstaurante de asados cuando estábamos en la universidad.”
Ricardo tomó la sopa, la cual despertó su apetito, y pidió su comida favorita.
Un bocado.
No podia parar.
Graciela, viendo su voraz apetito, no podia dejar de rir: “Dijiste que no comerías cuando ordenaste, pero ahora no puedes parar.
Ricardo simplemente fingió no escuchar, después de comer y beber, se levantó para pagar
Caminaron a casa, la noche habla caido, el aire estaba lleno de un sve proma a flores, las tiendas de la calle todavia estaban abiertas y la fur tenue ambientaba el lugar.
Artes de leger a casa, fueron a una tienda de ropa de gama media.
Natalia eligió dos conjuntos de ropa, para Graciela, la ropa de los ancianos debla ser de buena calidad, suave y agradable all facto
Graciela cooperó muy bien, dejando que Natalia la arreglara con una somina
Ricardo estaba parado a un lado, jugando el papel de ayudante, su apariencia deslumbrante hacia que el dueño de la tienda lo mirara de vez en cuando
“Señorita, ¿este es su esposo
Natalia sin vergüenza alguna dijo: “No es guapo?”
“Vaya es bastante quape.”
El duelo de la tienda pensaba que se vea como uno de esos personajes de las novelas, sobresalientes y extraordinarios, que al estar en su tienda, parecía como si todo el lugar se hubiera vuelto más elegante.
“Me llevare estos dos conjuntes,”
Graciela estaba muy satisfecha con la elección de Natalia, el dueño de la tienda también era una persona directa: “Un conjunto cuesta setenta dólares, si te llevas los dos te hago una oferta, en total serian ciento treinta dólares”