Capítulo 4
“Sutame Lela levantó la barbilla, mirando fijamente al hombre frente a ella, con un brillo frio en sus ojos.
Roxana está muerta La voz del hombre resond de repente desde arriba.-
Leila se quedó paralizada al instante, incluso dejó de luchar. Un rastro de emoción emergió en su rostro tranquilo.
La muerte de Roxana no la sorprendió, porque vio todo el proceso con sus propios ojos. Pero cuando este hecho salió de la boca de Rubén, su corazón sintió como hubiera sido pinchado por algo.
Recordó el dia que decidió divorciarse, le preguntó: “Rubén, si yo fuera la que muriera en la mesa de operaciones, ¿estarias triste?”
Recordó claramente la mirada en los ojos del hombre en ese momento, fria como si hubiera salido de una bóveda de hielo.
El se sentó elegantemente en el sofá, cruzó las piernas, mirándola como si estuviera cubierto por una fina niebla, con una leve sonrisa en los labios, dejó escapar un susurro, pero respondio firmemente. “No”
Luego tomó la pluma que ella le había regalado y firmó elegantemente su nombre en el acuerdo de divorcio
El dia del divorcio, ella se fue decididamente
Ahora que lo pensaba, ella era la verdadera tonta en ese momento!
Poco a poco, su expresión de tristeza volvió a ser una máscara impecable
Leila levantó la cabeza, una sonrisa fria se curvó en la esquina de su boca: “Ella era tu prometida, no deberías despedirla generosamente? ¿No deberias tener un funeral solemne y seguir interpretando tu papel de amante leal?”
Leila empujó friamente al hombre frente a ella, con una sonrisa burlona en sus labios, dijo: “No te preocupes, no voy a exponerte.”
Se giró, su maho ya estaba en la manija de la puerta.
Pero antes de que tuviera tiempo de abrir la puerta, fue cargada por Rubén sobre su hombro y luego arrojada descuidadamente a la cama.
Leila agarro firmemente la mano del hombre, haciendo que Rubén cayera con ella sobre la cama. Para evitar aplastarla, Rubén se apoyó en el colchon
con una mano
Rubén bajo la mirada hacia Leila, sus ojos parecian cubiertos por una fina niebla, su tono burlón resonó en su oido.
¿Por qué estás tan ansiosa por escapar, me temes?”
incluso debajo de el, aunque la respiración se volvia un poco dificil, Leila todavia se rio burlonamente, respondió “Solo soy una persona humana, es normal tener miedo cuando te encuentras con una bestia, ¿no?”
“Hace muchos años que no nos vemos, te has vuelto mas sarcastica” El hombre no se preocupó por su sarcasmo, sino que sonrió.
Leila miró al hombre, dijo con los dientes apretados “A veces, para protegerse, es normal ser un poco agresivo, ¿no es cierto? Sr. Estévez, ¿vas a esperar hasta que te haga daño antes de dejarme ir?”
Parecia que estaba lista para atacarlo en cualquier momento.
Ruben miró tranquilamente a Leila y comenzó a hablar, “Considerando que eras la única testigo en la escena cuando Roxana saltó del edificio, entonces…” Las palabras de Rubén fueron interrumpidas por la frialdad de Leila, “¿Quieres que dé una declaración? Iré a la estación de policia para cooperar con la investigación por mi cuenta, puedes soltarme ahora?”
La miro tranquilamente con una actitud fria.
Rubén se levantó, la soltó, se ajustó elegantemente las mangas de su camisa blanca y luego le dijo con calma: “La policia llegará pronto. Una vez que hayas dado tu declaración, te dejaré ir.”
Leila sabia que si no daba una declaración, este hombre probablemente no la soltaria tan fácilmente. Así que instintivamente abrazó la cobija y se apoyo en el borde de la cama sin dudarlo
De repente, recordó que muchas mujeres podrían haber dormido en esta cama, lo que inmediatamente hizo que Leila, que era un poco maniatica con la limpieza, arrojara la cobija
“Ninguna otra mujer ha dormido en esta cama” Rubén adivino de inmediato en que estaba pensando Leila, así que le explied.
Solo entonces Leila bajó su actitud un poco disgustada, se envolvió en la cobija y miró a Ruben
Ruben miro tranquilamente a Leila envuelta en la cobija y luego dijo con indiferencia: “Aunque ninguna otra mujer ha dormido en esta cama, pero use
estas sabanas anoche”
Ruben tenia la costumbre de dormir desnudo, eso Leila lo sabia. Inmediatamente le echó una mirada llena de desprecio a Rubén, luego arrojó la sabana rapidamente y se levantó de la cama…
Ruben, con una sonrisa burlona en los labios, le devolvió la mirada a Leila y luego se fue con arrogancia…
Leila se relajó profundamente, echó un vistazo al sofá de cuero no muy lejos, camino hasta el sofá y se acostó exhausta.
Penso que Rubén no volvería a entrar, pero solo unos segundos después, él regresó, con una pomada en la mano.