Capitulo 119
Capítulo 119
Selena parpadeó con sus grandes ojos negros y claros.
“Pero filmar es muy agotador, no puedo soportar ese tipo de sufrimiento“.
El Sr. Padilla había pensado en innumerables razones por las que Selena se negaría, pero nunca esperó que fuera esta.
Lo más importante era que ante una expresión tan sería de la joven, no podía decir nada para refutarla.
Aunque no habían pasado mucho tiempo juntos, todavía sabía un poco sobre esta joven. Ella era una persona inteligente, este tipo de inteligencia no era el tipo de chicas ordinarias que eran listas e inteligentes, era algo que era aún más aterrador.
Era un poco perezosa, nunca se paraba si podía sentarse, nunca se sentaba si podía acostarse, era muy exigente con lo que comía y se vestía, y básicamente no tocaba nada de lo que compraba afuera, y a la edad de menos de 20, tenía un terrible autocontrol.
El Sr. Padilla se quedó en silencio, pero aun así se negó a darse por vencido.
“¿No hay lugar para la negociación?”
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Él amaba el talento y no quería desperdiciar buenos recursos, además la reputación de esta joven no era muy buena, si había tal trabajo para limpiar su nombre, no había absolutamente ningún daño.
Selena corrigió su expresión y dijo con seriedad: “Sr. Padilla, tal como usted dijo, me preocupo más por mi corazón y mi alma que nadie y, ¡nunca dejaré que otros los pisoteen por nada!”
Sr. Padilla se quedó sin palabras.
Selena movió el cuello, se levantó de la silla y dijo con una sonrisa: “No me involucraré, pero lo terminaré personalmente“.
El Sr. Padilla parecía haber visto la última escena del guión.
Muchos años después, una niña volvió a la vida, regresó a la ciudad desierta durante mucho tiempo, con una brillante sonrisa en su rostro, dijo con voz fría: “Vengo a llevar tu ataúd“.
Una vez habían acordado que el que muriera después debía llevar el ataúd del que muriera primero.
Entonces esta escena sucedió con muchos años de retraso.
Al final, el señor Padilla levantó la mano para limpiarse los ojos y dijo con un suspiro: “Olvídalo, eres la directora principal, tienes la palabra, pero…”
Se preguntó qué tipo de entorno era el que podía hacer crecer tal naturaleza. Tenía solo diecinueve años, pero era tan madura, como si estuviera acostumbrada a ver la muerte y hubiera experimentado vicisitudes.
Selena logró entregar el trabajo y estaba de buen humor, ladeando la cabeza y sonriendo levemente.
“Señor Padilla, tengo algo que hacer mañana por la mañana, tengo que tomarme medio día libre, así que usted estará a cargo de la pandilla“.
Aunque el Sr. Padilla no leía chismes, el asunto de Selena era tan grande que se rumoreaba que muchas personas en el equipo, por lo que agitó la mano.
“Está bien, mi nieto está en la Universidad Creephia, te daré su número. Le he dicho que acudirás a él si necesitas ayuda, así que avísame si se niega a ofrecerte la mano“.
Selena puso una sonrisa, pero no rechazó su amabilidad. Consiguió el número y siguió enterrándose en su cabeza para aprender a filmar la escena.