Capítulo 39
Este reconocimiento puso a Lamberto, que usualmente era muy tranquilo, un poco nervioso.
¡Habia aparecido un niño que era exactamente igual a Sergio!
Al ver esa cara, no necesitaba dudar si era su hijo o no.
¡Ni siquiera una cirugía plástica podría hacerlos tan parecidos!
“Yo, yo soy Sergio, papá!” Eze, un poco confundido, se volvió para correr
Lamberto extendió la mano para agarrarlo, pero fue empujado por un guardia de seguridad detrás de él.
“Rapido, un niño acaba de entrar! Vamos a ver donde esta” Después de chocar con alguien, el guardia de seguridad se volvió para mirar y al ver a Lamberto se asustó y dijo temblorosamente, “Señor…”
Fuera de mi vista!”
Lamberto estaba serio
“Me voy ya!”
Cuando Lamberto se volvió de nuevo, el niño habia desaparecido.
Si no fuera por el caos, casi creeria que esto era un sueño
El niño y Sergio eran gemelos?
Lamberto frunció el ceño, sacó su teléfono y llamó a su padre.
‘Papa, necesito saber quien era esa mujer”
Felicia finalmente levanto la cabeza de su agotador trabajo.
¡Ya eran las ocha!
Eso no era bueno, Eze
Se levanto rápidamente, agarró su bolso y se apuro a salir. Justo cuando estaba a punto de entrar al ascensor, Lamberto salió de éll
“Sr. Rivas
“¿Por que te ves tan agitada?”
Lamberto la vio de reojo, frunciendo el ceño.
“Olvidé recoger a mi hijo de la escuela. ¡Debe estar alli todavia! Tengo que irme, lo siento Sr. Rivas Felicia se apresuro a salir corriendo, pero de repente Lamberto la
llamo
“Felicia, ¿tu hijo vino a la compañia?”
Felicia se quedó perpleja, rapidamente nego con la cabeza, “No, mi hijo es timido. ¡No vendría a la compañia! Seguro que me esta esperando en el jardin de infantes.
“Bueno, ve entonces
¡El niño de antes no parecia timido en absoluto!
Felicia asintió, apresurandose a entrar al ascensor para bajar
Cuando llegó a la puerta de la compañia, agitó la mano ansiosamente y finalmente consiguió un taxi. Justo cuando estaba a punto de subir, sintió que alguien la agarrabą de la ropa
Felicia se volvió
“¿Eze? ¿Cómo llegaste aqui?”
“Mamá, te olvidaste de recogerme. Así que vine yo mismo Ez, como si se le ocurriera algo, empujó a Felicia hacia el automóvil y luego se subio, “Mama, sube al coche primero, hablaremos luego.”
Felicia, ya en el carro, de repente recordó lo que Lamberto le había dicho…
“¿Te vio Lamberto?”
Eze bajo la cabeza, sin hablar
“Te pregunto. ¿te vio Lamberto? ¡El hombre del que me mostraste una foto en la revista!”
Eze mordió su labio, asintiendo con tristeza, ‘Lo siento, mama, quise darte una sorpresa, asi que vine. ¡Pero no me agarro Logré escapar inteligentemente!”
Felicia frunció el ceño, viendo a su hijo
“Eze, ¿por qué hiciste eso? ¿No te lo he advertido muchas veces? No vengas donde trabajo, no te acerques a la gente rica, no dejes que mucha gente vea tu rostro. ¿Por qué siempre desobedeces?”
Si su rostro era visto por Lamberto, seguro lo perderia!
No podia, no se atrevia a imaginar eso.
“Lo siento, mamá… No lo haré de nuevo……”
“En esto no es una broma. Si te descubren algun dia, puede que nunca más nos veamos en la vida.”