Capítulo 155
Justo cuando Felicia iba a abrir la boca, de repente se escuchó un alboroto desde afuera.
Salieron corriendo a ver, parecia que alguien estaba armando un lío en la puerta.
“¡Voy a ver qué está pasando! Tú quédate aqui, por si acaso empiezan a pelear y te lastiman, Sr. Rivas se pondria muy triste.”
Felicia tampoco era de las que les gusta el chisme, asi que asintió, “Está bien, terminaré rápido con el gráfico de rendimiento. ¿No se suponía que se iba a publicar esta tarde?”
“Si, pero si no te sientes bien, podemos posponerlo hasta mañana.”
“No necesitas darme un trato especial, estoy bien.”
Ricardo soltó una risita y se fue
De nuevo, Felicia quedó sola en la oficina.
Se quedó parada alli, sintiéndose incluso más complicada que cuando estaba en el extranjero. En aquel entonces tenía miedo, pero ahora… sentía que se le venian encima un montón de emociones, le costaba respirar
Por fin llegó la hora de salir del trabajo, Felicia miró la puerta de la oficina, sintiendo un poco de tristeza.
Por lo general, a esta hora, Lamberto ya había venido a buscarla para llevarla a casa.
Miro la hora y llamó a la escuela de Sergio y Eze, “Hola, soy la madre de Sergio y Eze. ¿Ya salieron de clases?”
Sra Rivas La familia Rivas ya vino a buscarlos!”
“¡Ah! ¿Cómo se ha comportado Eze en la escuela? todavía se sentia un poco preocupada.
“Eze es muy animado! Siempre está pegado a su hermano. La profesora se rio, “No tienes que preocuparte, en nuestra escuela cada niño tiene un profesor a cargo Si hay algún problema, nos comunicaremos con ustedes a tiempo.”
*Muchas gracias por su ayuda!”
Después de colgar, Felicia recogió sus cosas de la mesa.
Parece que hoy, tendría que volver sola a casa!
Cogió su bolso y se levantó para irse, pero al abrir la puerta, se chocó con un pecho firme…
El aroma familiar le llegó a la nariz, y Felicia levantó la cabeza sorprendida….
Era Lamberto
¡Habla venido!
“¿A dónde ibas?” Lamberto miró la bolsa en su mano.
A casa Felicia bajó la cabeza, sin atreverse a mirarlo a los ojos, “Pensé que estabas muy ocupado hoy y no podías llevarme.”
Lamberto frunció el ceño, mirándola fijamente
Después de unos segundos, levantó la mano para agarrar su muñeca.
“¿Te asuste hoy?”
Felicia se quedó perpleja, sin entender bien a qué se referia
“Eh?”
“Tienes que entender, soy hombre y soy muy posesivo. En los ojos de Lamberto había un toque de impotencia y cariño, “Por supuesto, sé que no esperabas encontrarte conmigo. Cuando estabas con Erasmo, quizás ustedes se llevaban muy felices, y nunca pensaste en romper con él, mucho menos en casarte conmigo.”
De repente, él cedió, y Felicia se sintió un poco desconcertada.
Habia asumido que esta vez Lamberto seguramente querría divorciarse de ella.
“Lamberto…”
“Escúchame hasta el final. Su voz sonaba un poco ronca, se notaba que también habia estado pensando mucho, “No debería estar probándote todo el tiempo, y no lo haré en el futuro, pero… creo que necesitamos una solución permanente para nuestros problemas”
“¿Y como planeas resolverlos?”
“Deberiamos… tener un hijo.” Lamberto la miró seriamente, “Asi habrá un lazo entre nosotros, y no solo serás tú y yo.”
“¿Quieres un hijo?”
Felicia se sorprendió un poco, “¿No es suficiente con Sergio y Eze?”
“Pero ellos no son nuestros hijos biológicos.“