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Capítulo 142
“Nosotros… Por ahora no tenemos ese plan, sólo queremos que Sergio y Eze crezcan sanos y felices.”
Esmeralda suspiro, “Ya escuché a Lamberto decir que tienes un hijo, ¿verdad?”
Felicia asintió en silencio, “Si”
“Tengo que ser honesta, antes no me gustaba la idea de que estuvieras con mi hijo, después de todo esperaba que mi hijo encontrara una mujer sin mucha experiencia amorosa. Pero ahora mis dos nietos te adoran tanto, que he dejado de lado ese prejuicio!” Esmeralda la miró seriamente, “En el futuro puedes traer a tu hijo también! Lo trataré como a mis propios nietos! No necesitas sentir demasiada presión. En nuestra familia Rivas, siempre y cuando te comportes y no averguences a la familia Rivas y a Lamberto, todo está bien!”
“Escuché lo que dijiste.”
“Bien, siempre y cuando entiendas que a partir de ahora somos una familia. Soy mayor, asi que es inevitable que haga algo mal También puedes decirmelo directamente. No me enojare, podemos hablarlo tranquilamente.”
Felicia asintió, “Está bien.”
“Ve a hacer tus cosas, yo también volveré a mi habitación.”
“Si.”
Felicia miró a Esmeralda alejarse, sintiendo envidia de Lamberto.
Envidiaba tener una madre que lo entendia y se preocupaba por el todo el tiempo. ¡Mientras que su propio padre… si no fuera por el dinero, ni siquiera se acordaria de que tenía una hija.
Cuando el coche de Lamberto llegó a la empresa, Ricardo salió a recibirlo, siguiéndolo.
“Señor Rivas, no se preocupe, desde que ella entró, he hecho que todos se vayan. Excepto yo, te aseguro que nadie más la vio.”
“Hmm” Lamberto frunció el ceño, “Recuerda, destruye todas las grabaciones de vigilancia de la empresa de hoy”
¡Si! No te preocupes, no le diré a la señorita Soler sobre esto.”
Lamberto entró en la sala de descanso y al abrir la puerta, vio a Silvia sentada en el sofá con un libro en la mano.
Al oir el ruido, Silvia se levantó y sonrió a Lamberto, “Lo siento, esta visita fue un poco repentina. Sé que quizás no me esperabas. pero… lo siento, extraño mucho a los niños. ¿Puedo verlos?”
“Ya debería haberlo dejado claro cuando estaba en el extranjero. La mirada de Lamberto era impaciente, es mi mayor tolerancia no hacerte responsable. Si vienes a buscarme para causarme problemas, ¿no temes que no sea amable contigo?”
Silvia de repente se adelantó y se arrodilló frente a Lamberto.
“Soy la madre de los dos niños, yo los di la vida. Perderlos es como si me hubieran arrancado un pedazo de mi corazon. Señor Rivas, no espero poder vivir con los niños, pero ¿podría dejarme verlos de vez en cuando?”
¿No tienes miedo de que me vengue?”
“No tengo miedo Y… no puedes hacer eso.” Silvia mordió su labio y lo miró, “Soy la madre de los niños, si haces algo contra mi, ¿como lo explicarás cuando ellos se enteren? Soy su madre biológica, eso es algo que no se puede cambiar.”
Lamberto se quedo atónito.
Tenia que admitir que Silvia tenía razón.
Pero…
“Deberias saber que ya tengo esposa, no deberias tener ninguna expectativa hacia mi.”
“Si tuviera expectativas hacia ti, ¿por qué no he vuelto con los niños para criarlos juntos todos estos años?” Silvia repreguntó, incluso he estado evitandote!”
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