Capítulo 119
“Oye, ¿qué planes tienes para el futuro?”
Duero pidió una Coca Cola, y mientras la tomaba, comenzó a charlar.
Silvia pensó un momento, “Mmm… creo que quiero volver a casa“.
*…” Duero se quedó boquiabierto, un tanto atónito la miró, “¿Volver a casa? ¿Por qué de repente quieres volver a casa? ¿No habías dicho antes que no tenías planes de volver?”
Silvia parecia no haber notado su reacción y dijo. “Es que siento que ya no tengo mucho futuro aquí, en mi pais ahora hay muchas oportunidades de trabajo en mi campo, además, el año pasado una compañia me extendió una invitación, ¡quiero intentarlo alli!”
“Pero… Lamberto se ha establecido alli“.
El resto de las palabras, Duero no las dijo en voz alta.
Silvia fingió que acababa de entender y se rio un poco, “No te preocupes, mi pais es muy grande, no viviremos en la misma ciudad! Además, Lamberto no demuestra ningún deseo de profundizar su relación conmigo, iprobablemente está tratando de evitarmel Él también teme que yo pueda interferir en su matrimonio actual“.
Duero bajo la mirada y bebió su Coca Cola, sin decir nada más.
De repente, Silvia preguntó: “Hermano, te gusta mucho Felicia, ¿verdad? ¿Por qué la empujaste hacia Lamberto?”
“¿Quién dice que me gusta Felicia?”
“Mis ojos lo vieron!” Silvia lo miró y funció el ceño, “Nosotras, las mujeres, somos muy sensibles y delicadas, puedo ver que te gusta Felicia por tu actitud hacia ella! Solo no entiendo, si te gusta, ¿por qué la empujaste hacia Lamberto?”
“Las cuestiones del corazón no son tan simples, no es suficiente con que yo la quiera“. Cuando se mencionó este tema, Duero sintió
si le hubieran dado un puñetazo en el corazón.
Com
“Mi mama también le gusta al Sr. Muñoz!” Eze de repente interrumpió, dejando a los dos perplejos.
Duero volvió en sí y acarició la cabeza de Eze, “Eres muy joven, hay muchas cosas que aún no entiendes! Hay muchos tipos de gustar no siempre significa que puedan estar juntos“.
“¿Por que?” Eze inclino su cabecita, con una expresión de confusion.
Antes de que Duero pudiera responder, Silvia habló primero: Eze, tu mamá te ha dicho alguna vez que le gusta Lamberto?”
Eze pensó un momento, luego negó con la cabeza, “¡No! ¡Pero mi mamá ha dicho que le gusta el Sr. Muñoz!”
Estas palabras emocionaron a Duero, que estaba sentado a un lado.
Pero rápidamente… se calmó
El “gusta” de Felicia, seguramente no era el “gusta” que el estaba pensando.
“Basta, ¡vamos a comer‘ No hablemos siempre de esto, hay un niño aquí“.
Silvia sonrió, no continuó hablando, sino que comenzó a hablar de juguetes con Eze
Lamberto hizo que su secretaria reservara los pasajes de vuelta
Cuando salió de su oficina, Felicia ya estaba lista para irse.
El dijo: ¿Todavía planeas inte?”
“¡Por supuesto! ¡Mi hijo está en casa esperándome!”
Ella siempre tenia a Eze en su mente.
“¡Bueno, puedo enviar a alguien a traerlo aqui! Sería bueno, también debería conocerlo“. Al oir esto, Felicia negó con la cabeza nerviosamente, “¡No! Mi hijo es muy timido, temo que no pueda manejar conocer a alguien tan pronto. Mejor esperamos a que crezca un poco más, para que pueda entender mejor”
Lamberto la miró con sospecha, “Siempre pareces estar muy nerviosa cuando hablamos de que yo conozca a tu hijo”
*¡Claro que estoy nerviosa! (Siempre estás sugiriendo conocer a mi hijo! Pero el médico de mi hijo ya ha dicho, El no puede manejar demasiado estrés“.
*Entonces tráelo aqui, yo encontraré a alguien para que lo trate“.