Capítulo 96
No sabia si era una ilusión de Evelyn, pero siempre sentia que Renzo le estaba hablando a ella.
Jenaro, al ver que Evelyn miraba a Renzo con tanta atención, agitó su dedo frente a ella: “No me digas que tú también te has enamorado de él como las demás, ¿es su cara más guapa que la mia?”
Evelyn volvió a la realidad, su instinto le decía que no podía quedarse aquí por mucho tiempo.
Recogió sus cosas rápidamente y se dispuso a salir, pero un grupo de personas rodeaba a Renzo en la puerta.
Evelyn logró hacerse un espacio en el borde y, con la cabeza baja, decia continuamente: “Permiso, permiso“.
Finalmente logró salir del estudio de fotografia, Evelyn suspiro aliviada.
Solo tenia que desaparecer rápidamente de la vista de Renzo.
“Que no me vea… que no me vea… que no me vea… repetia Evelyn en su mente.
“Srta. Ibáñez “resono una voz masculina profunda y distante desde atrás.
Al escuchar esa voz, Evelyn sintió que su corazón latia más rápido.
Pero sus pies se quedaron inmóviles, como si alguien se los hubiera clavado al suelo
Evelyn se dio la vuelta, con una cara de vergüenza “Sr Casal, me llamaste?”
En realidad, no había hecho nada malo, pero no sabia por qué, siempre que veia a Renzo, sentia cierta culpa.
Como si hubiera hecho algo para ofenderlo, todas las miradas estaban puestas en Evelyn.
Evelyn solo sentia que las miradas de esas mujeres eran como pequeños cuchillos, frios y cortantes.
Renzo se acercaba a su ritmo, sin prisa pero sin pausa
Por cada paso que Renzo daba, el corazón de Evelyn se aceleraba.
No podia adivinar lo que Renzo queria hacer, incluso Jenaro se acercó, frunciendo el ceño, con una expresión pensativa
¿Renzo, podrias dejar de complicarme la vida? Evelyn deseaba poder pedirle al cielo.
Al ver que Renzo se detenia, Evelyn se apresuró a decir: “Sr. Casal, necesitas algo? Si no, me voy.”
Evelyn mordió su labio discretamente, indicándole a Renzo que mantuviera su distancia.
Pero Renzo ignoró completamente la expresión de Evelyn, tenia una sonrisa suave en su rostro, pero a Evelyn le pareció que escondia una
intención oculta.
Como era de esperarse, Renzo dijo al siguiente segundo: “Solo quería decirte, Srta. Ibáñez, que tus cordones están desatados.”
Evelyn se quedó paralizada, miró hacia abajo.
Ya se habia cambiado de ropa y zapatos.
Hoy llevaba puestas unas zapatillas deportivas de manera casual, efectivamente, no las había atado bien, estaban completamente sueltas
Antes de que Evelyn pudiera reaccionar, Renzo ya se había agachado y estaba arrodillado en una rodilla.
Evelyn se quedó estupefacta, al igual que todos los demás.
Renzo estaba atando los cordones de Evelyn, y su postura al arrodillarse era tan elegante que todas las mujeres se emocionaron.
Evelyn estaba aún más desconcertada, lo que menos queria era que Renzo le hiciera insinuaciones en público, pero atarle los zapatos era irse demasiado lejos, ¿no?
¿Renzo, quieres que me ahogue con la saliva?
Evelyn estaba tan rigida que no podia moverse, el pie tampoco parecia ser suyo.
Renzo se levantó después de atar el cordón con naturalidad, aún había una sonrisa suave en su rostro: “Srta. Ibáñez, por favor, ten más cuidado la próxima vez.”
Al escuchar “ten más cuidado, Evelyn sintió un escalofrio en la espalda, siempre sintió que las palabras de Renzo tenían un doble sentido.
Pero a los ojos de los demás, no era asi.
Lo que vieron fue una cara llena de afecto, lo suficiente para enloquecerlos de envidia!