Capítulo 50
Renzo bajo del coche, se acercó a Evelyn y, con tranquilidad, se quitó su saco para ponersela por encima. Luego se sentó a su lado, su voz profunda y lenta: “¿Por qué no contestas el teléfono? ¿Sabes cuánto me preocupe porti?“.
Evelyn bajó la cabeza, no dijo una palabra. Renzo extendió la mano y tomó la de Evelyn. Su palma estaba cálida, Renzo preguntó: “¿Qué pasó? ¿Puedes contármelo?“.
Evelyn no sabía por dónde empezar, seguía sin hablar. Renzo de repente la abrazó fuertemente: “No importa lo que pase, estoy a tu lado. Incluso si el mundo se derrumba, te protegeré de todo“.
Al oir estas palabras, Evelyn no pudo contenerse y comenzó a llorar sin parar.
Cuando César mostró su decepción de ella, no lloro, cuando Aurora la difamo, tampoco lloro, cuando César dijo que iba a cortar lazos para siempre con ella, Evelyn tampoco lloro. Pero cuando Renzo dijo que la protegeria, Evelyn rompió a llorar como una niña pequeña
Él estaba un poco sorprendido, acariciaba la espalda de Evelyn, como se hacia con un niño, preguntándole una y otra vez qué todo pasaría, ella lloró durante mucho tiempo, finalmente, entre sollozos, le contó todo. Después de escuchar, Renzo frunció el ceño.
Evelyn dijo: “Yo realmente no la empuje. No me importa que ella me difame, pero lo que me duele es que esa pequeña vida inocente no pudo venir al mundo a causa de mi, indirectamente soy la culpable…”
Renzo dijo: “Evelyn, castigarse a uno mismo por los errores de los demás es la acción más estúpida. Tu compañera de clase es simplemente malvada, ni siquiera se respeta a sí misma, ni siente por nadie. No tienes que sentirte mal por esto, déjamelo a mi, encontraré una manera de demostrar tu inocencia, te lo aseguro”
Evelyn detuvo las lágrimas de repente y miró a Renzo: “¿Me crees? ¿En verdad me crees?”
La voz de Renzo era profunda y seria: “Por supuesto que te creo”
“¿Por qué?”
“No hay un por qué. Por alguna razón, solo por esas palabras de Renzo, ella de repente sintió que su corazón ya no estaba tan triste.
Renzo le dijo: “Mantén la distancia con Aurora por un tiempo, déjame encargarme del resto. Confia en mi, haré que pague el precio“.
Independientemente de si Renzo estaba tratando de consolarla o no, Evelyn sentia calor en su corazón. Ella solo asintió.
Renzo dijo: “Ahora vamos a casa, ¿qué te gustaría comer? Te prepararé algo especial“.
El tono de Renzo era como el de un niño, preguntándole si queria comer dulces, ella respondió directamente: “Quiero pasta con crema de
mariscos“.
Renzo rio “Entonces te haré pasta en casa, vamos“.
Evelyn no esperaba que Renzo realmente supiera cómo hacer pasta, y lo hizo muy bien, a nivel de un chef profesional, ella se comió dos platos de pasta de una vez, casi hasta llenarse por completo.
Pero Renzo no comió, solo se quedó mirándola comer la pasta con una sonrisa.
Al final, Evelyn se palmeó el estómago y dijo: “¿Cómo es que incluso sabes cómo hacer pasta con crema de mariscos? Renzo, ¿hay algo que no sepas hacer?”
Los ojos de Evelyn estaban llenos de admiración por Renzo, lo que le causó placer.
Renzo sonrio y preguntó: “¿Estás llena?”
Evelyn asintió con fuerza.
“¿Te sientes mejor?“.
Ella asintió con fuerza otra vez: “No hay nada en este mundo que una buena comida no pueda arreglar“.
Renzo la miró y sonrió. Luego le ordenó “Ahora ve a lavar los platos“.
Evelyn se levantó naturalmente para recoger los platos, dio unos pasos, luego se volvío y preguntó: “¿Por qué no los lavas tú?“.
¿No se suponía que debía hacerla feliz? ¿Por qué la estaba haciendo trabajar?
Renzo respondió con frialdad: “¿Has visto a un chef profesional lavar los platos alguna vez?“.
Evelyn pensó que esta razón era muy válida, así que se volteó y fue a la cocina a lavar los platos directamente. La verdad era que Evelyn aún se sentia muy mal. La imagen de Aurora cayendo por las escaleras y su ropa teñida de rojo por la sangre aún pasaba en su mente. Pero, hacer algo siempre ayudaba a sentirse un poco mejor.